Scroll Top

Vigilia Pascual (19 abril 2025)

Homilía del P. Manel Gasch i Hurios, Abad de Montserrat (19 de abril de 2025)

(…) / Romanos 6: 3-11 / Lluc 24:1-12

 

Oh noche realmente bienaventurada,
Noche en la que nosotros encontramos a Dios 

Esa noche es una noche de luz. Nuestro tiempo, nuestra historia han sido iluminados y hemos vuelto a ver a Dios en la vida resucitada de Jesucristo. 

Quisiera encontrar las palabras para transmitir la intensidad de ese momento, de esta fe en la proximidad de un Dios siempre presente y que desde esta noche llena de sentido el pasado y el futuro. 

Da cierta tranquilidad pensar que ninguna palabra nunca podrá decir más ni mejor todo lo que nos dice la liturgia de la noche de Pascua. Esta vigilia nos ofrece una posibilidad tras otra de ver cómo desde la creación del mundo hasta hoy mismo, sí, sí, hoy, en esta noche, en esta misa, Dios siempre está ahí. Quizá alguien de vosotros, niñas y niños, escolanes, jóvenes que nos acompañáis y también adultos pensabais que hoy Dios no estaba, pues sí está. 

Y lo hemos querido decir de muchas formas. Recordando nuestra historia colectiva de creyentes en la que éste devenir de personas y situaciones humanas están abiertas a Dios como lo hemos leído en el Génesis, en el Éxodo. 

En primer lugar, hemos recordado al Creador de todo: 

En la Escolanía tiene colgados unos carteles que nos recuerdan la creación. Existe el número de especies vegetales, de animales vertebrados, de pájaros y de mamíferos, son muchos miles…, después hay un cartel con los dinosaurios, y después están las fotografías de las generaciones de escolanes. Todo esto entra dentro de la creación de Dios, como tantas otras cosas que trabajáis y que también tenéis expuestas por todas partes. 

También hemos recordado al Dios liberador y salvador al que hemos cantado con Moisés y el pueblo que salía de Egipto. 

Al Dios que nos ama porque la fe también hace que comprendamos lo que hemos escuchado cuando el Señor nos declaraba un amor infinito en la lectura del profeta Isaías. 

Al final de todo, al llegar a la noche de la resurrección nos hemos dado cuenta de que Dios no improvisó en Jesús de Nazaret, fue simplemente fiel a sí mismo. A ser todo esto que he dicho y además a revelarse como Padre, Hijo y Espíritu Santo, cómo profesaremos todos juntos hoy acompañando a Vinyet en su bautismo. Ser Hijo es parte de la identidad de Dios y esto es muy grande. 

Decir que ser Hijo es parte de la identidad de Dios nos dice que Él es dinámico, relacional, que ama. Por eso la muerte no era posible como la última palabra. 

Precisamente por eso hemos tenido presente que la resurrección de Jesucristo no era devolver sólo un muerto a la vida, cosa muy impactante, sino que era la de Él, de éste de quien hemos dicho que era Alfa y Omega, principio y fin, que de Él eran los tiempos y los siglos. Y eso sólo para empezar, cuando todavía estábamos en el exterior y quizás alguien estaba más pendiente de si el cirio pascual se apagaba o no que de escuchar, pero os aseguro que las palabras eran muy importantes. 

La resurrección de Jesús es a la vez un reto y una confirmación. 

Es reto porque lleva nuestra fe al extremo de lo que se puede creer. Pero si hemos llegado hasta aquí reconociendo a Dios en tantos estratos de la historia, quizá sea lógico que sigamos, hasta el final. Pero el reto no termina sólo con la fe. También forma parte del reto el que la luz de esta noche llegue a todas partes y aquí nosotros debemos ser protagonistas. Sé que los jóvenes han reflexionado precisamente sobre esto, sobre cómo ser luz y lo han hecho de una manera realista, haciendo una vela que ya iluminaba sus miedos y mirando después maneras de ser luz. ¡Lo veremos en el mural que presentarán! 

Los más jóvenes habéis pensado en un tema que digo muy a menudo: cómo Cristo se hace presente en nuestro camino y nos da la paz. Quisiéramos que nuestra celebración fuera siempre esto para vosotros una pista para la paz y la felicidad. 

Siguiendo su ejemplo ¡todos podemos pensar en el reto que nos pone esta Pascua! 

La resurrección también es confirmación porque afirmando esta puerta que Cristo ha atravesado y abierto para nosotros, todo el resto de la historia tiene sentido. Incluso hay una esperanza en todo lo que en el mundo fracasa. ¡Hay tantas cosas que no van! No quiero hacer la lista. Seguro que sería injusto, que me dejaría cosas, que no respondería a sus inquietudes personales. Pero que haya una confirmación del mensaje del evangelio que se produce en la resurrección nos da un cierto consuelo, sin dejar de llamarnos a comprometernos y ayudar. Es aquí que entendemos aquellas palabras de San Pablo, que sin la resurrección somos los que damos más lástima de todos, porque en el fondo, añado yo, no se nos sostiene ningún discurso ante el mal. Para intentar ayudar en este compromiso, hoy realizaremos una colecta a favor de caritas, pensando en la tarea que hacen de alojar a personas vulnerables, especialmente mujeres, colaborando en aliviar el problema de la vivienda. 

El evangelio que hemos leído representa muy bien nuestro momento de reto y confianza. El reto de creer: Esta noche estamos en la esperanza confirmada de que no exime de la fe. Tenemos el anuncio de que está vivo, pero a Él no lo hemos visto. Las mujeres encuentran un sepulcro vacío y a unos ángeles. Hay como un respeto por la realidad de la resurrección, como uno no querer decirlo todo, no querer contarlo todo. Qué lejos estamos de los instagrams y de los Tik-toks de hoy donde algunos lo reportan y lo comparten todo, hasta las cosas más inútiles. No. La resurrección no es exhibicionismo. Tiene un respeto por las cosas de Dios. Por eso hemos escuchado: «Oh noche, sólo tú supiste la hora». El misterio queda escondido en la noche. 

Y tenemos la confianza que arranca en aquellas mujeres que creyeron que allí había mucho más que un sepulcro vacío y fueron capaces de transmitir la resurrección de Jesús y con ella la memoria de su vida y mensaje hasta hoy, hasta esa misma noche. 

Es a esta fe de cada uno tantas veces discreta y lo más visible de toda la Iglesia, a este reto y a esa confianza, al seguimiento de Jesucristo, a esa verdad maravillosa para nosotros que te invitamos hoy, Vinyet, a participar y unirte, por el bautismo. 

Que puedas recibir del ejemplo de todos nosotros esta fe que nos hace ver más y vivir mejor. No podríamos desearte nada mejor. 

 

Última actualització: 21 abril 2025

Dejar un comentario

Debes iniciar sesión para publicar un comentario.