Homilía del P. Manel Gasch i Hurios, Abad de Montserrat (25 de diciembre de 2025)
Isaías 52:7-10 / Hebreos 1:1-6 / Juan:1-18
Existe, queridos hermanos y hermanas, una especie de efecto Navidad, que hace que un día como hoy estemos contentos.
Podemos haber motivos algo extraordinarios, como por ejemplo empezar las vacaciones pora los escolanes, después de unos meses intensos de vida y de celebración del Milenario, también hay todos estos motivos menos extraordinarios pero tan propios de estas fiestas, los reencuentros familiares, los regalos, la preparación de las comidas.
Quisiera creer que, además, para muchos, la alegría de hoy tiene un núcleo espiritual importante y que nos alegramos porque recordamos y celebramos una verdad fundamental de nuestra fe: “La Palabra se hizo hombre y moró entre nosotros”. Es decir, hubo un nacimiento diferente y único, una Navidad, que es la evolución catalana del nombre Natalem, nacimiento en latín. Tan significativo que lo seguimos celebrando hoy.
Pero no es el cristianismo que se derivó y la Iglesia que ha marcado de manera trascendental la historia de la tierra durante estos veinte siglos lo que más nos afecta, sino personalmente nos toca el don que nos hace Dios de poder comprender desde la fe, ese acercamiento a la humanidad en Jesús de Nazaret. Podemos entender, aunque no sea del todo, el prólogo del Evangelio de Juan que hemos leído, y que explica qué es realmente Navidad de manera insuperable, poder acercarnos al comentario que hacía San Agustín, cuando decía que él “San Agustín”, no tenía palabras para explicarlo… No sé dónde quedamos todos los demás…
A nosotros nos toca seguir haciendo presente todo lo que entendamos del evangelio y de Jesucristo. Debemos hacerlo bien conscientes de que, ante Dios, ante la fe, ante todo el mundo espiritual hay muchas opciones.
Por ejemplo, hay un conocido diario de Barcelona que publica a diario entrevistas a personas muy diversas. Personalmente agradezco que a menudo conste la opción religiosa del entrevistado. Entre otras cosas, me ha dado un contenido bastante entretenido por esta homilía.
Estas últimas semanas he ido guardando estas conversaciones y es interesante cómo estas personas se acercan a Dios.
Algunas veces hay simplemente silencio. Imagino que el entrevistado dice claramente que no quiere que conste ningún comentario sobre su opción religiosa.
A veces hay una confesión atea como responder a la pregunta: ¿creencias?: «No. El universo existe sin Dios» o «No. Mi pasión después del cerebro, es el surf» o: «Soy Atea, pero todos necesitamos creer en algo». En esta última ya aflojamos un poco. Sin embargo, se trata de la directora de la película «Los Domingos», ¡seguramente una de las ocasiones donde últimamente la vida contemplativa y el fenómeno de la vocación religiosa ha llegado a más gente!
Otras veces existe todo un mundo de creencias espirituales algo más difusas. Por ejemplo: «sentimos un vacío. Propongo que abrazamos el misterio»; o «aunque no sé qué hay, algo hay», o «No lo sé todavía. Creo que creo en algo».
¡Ah!, y hay también alguien que dice que es católico, incluso católico practicante, ¡lo que nos provoca el consuelo y la alegría de no estar solos!
Como decía el teólogo Karl Rahner, es importante que se hable de Dios, que se hable de la necesidad de creer o no. Que valoremos que el mundo espiritual y personal está ahí, sobre la mesa, sobre el papel, sobre el diario. Es en este mundo y en esta humanidad reflejada de algún modo en estas entrevistas, todas hechas a personas muy sólidas y respetables, en la que nosotros seguimos proponiendo a Jesús de Nazaret como la luz que viene al mundo y le manifestamos nuestra acogida.
Se trata como decía del Evangelio de facilitar que quienes no lo han reconocido, lo reconozcan. Dios después de hablar de tantas maneras, ha hablado hoy en el nacimiento del Mesías, «A Dios nadie le ha visto nunca; Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado». No se podía hacer más por nosotros.
El prólogo del Evangelio de San Juan que hemos leído, ya describe una resistencia a creer. Alguna vez hacemos discursos muy apocalípticos sobre nuestra fe, como si nos inventáramos algo hoy, cuando de hecho el testimonio del amor de Dios, de su Reino, de Jesucristo se predijo y contó con todas las dificultades, problemas y reparos, algunas bien honestos, y que están presentes en el mundo desde el inicio, como algo humano que no se abandonan en la bondad y en el bien.
Una de las formas con las que demostramos que hemos acogido la Palabra de Dios, es intentar colaborar en el progreso de su Reino. La realidad de José y María en Belén es la de una pareja que debe tener el hijo en un establo, prácticamente en la calle. Como hemos hecho esta noche, os proponemos que colaboráis con la colecta que haremos a favor de la Fundación Arrels, que se ocupa de la atención a los sin hogar, el escalón final de todo un problema social sobre la vivienda. Su acción acoge a los que duermen en la calle y les devuelve algo de dignidad.
Celebramos Navidad. Creemos que la Palabra se hizo carne y contemplamos su gloria. En Jesucristo hemos visto a Dios. No puede haber otro don mayor para toda la humanidad. En medio de todas las fiestas que acompañan estos días, no olvidemos el centro, el niño Jesús en el Pesebre, allí donde convergen las miradas y la fe.
Probably some of you come to celebrate this morning Christmas in Montserrat. May the liturgy of this day, no just remind us of the blessed birth of our saviour Jesus Christ but to give us this inner feeling of his presence. May we look forward to bring to the world some of the peace and joy that fill the hearts, the families. Trough Him God has revealed himself. In Him we have received grace and Truth. Let’s be always thankful
Continuemos esta eucaristía del día de Navidad haciendo aún más presente a Jesucristo en los dones del pan y el vino, prueba de que quiso permanecer con nosotros para siempre, para que Él que se nos dio en su nacimiento, continúe siempre en medio de nosotros.
Última actualització: 27 diciembre 2025

