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Misa del dia de Navidad (25 diciembre 2024)

Homilía del P. Manel Gasch i Hurios, Abad de Montserrat (25 de diciembre de 2024)

Isaías 52:7-10 / Hebreos 1:1-6 / Juan:1-18

Navidad es la fiesta de la acogida. ¡La acogida entre Dios y la humanidad y lo decimos de muchas maneras! Seguro que todos tenemos una experiencia de la que significa acoger y ser acogido, porque es fundamental para comprender esta solemnidad.

Los escolanes sois acogidos muchas veces, cada vez que dais un concierto en algún lugar, sois los invitados tan a menudo esperados durante tiempo y dejéis que os reciban bien. Recuerdo que alguna vez incluso la guardia urbana del lugar al que íbamos nos esperaba a la entrada del pueblo, como hacía con los huéspedes importantes. También hacéis la experiencia de acoger. Alguna vez veis gente dentro de la Escolanía, son otras escuelas que os visitan. Digamos que acoge la casa, la historia, todo lo que sois después de tantos siglos.

Incluso en alguna ocasión acogéis vosotros mismos. Me vienen dos a la cabeza. La primera cuando realizáis un intercambio con algún coro, normalmente extranjero o con alguna otra institución. La segunda, quizás la más importante, aunque sólo sea una vez al año, es el día de Puestas Abiertas. Y lo es porque muchos de vosotros habéis estado en las dos posiciones, la de ser acogidos por otro escolán con vuestras familias y la de acoger vosotros mismos a alguna familia que venía a conocer la Escolanía.

Si recordáis, si guardáis esta experiencia dentro vuestro, entenderéis que Navidad es la acogida que la humanidad hace de Dios, como cuando los escolanes recibís a alguien, pero también es la acogida que Dios hace de nosotros, como cuando vais a algún sitio.

Sí, claro. Navidad es algo más que ir a dar un concierto o unas Puertas Abiertas, porque responde a una idea que Dios ha tenido desde siempre. Por eso celebramos el nacimiento de Jesús esperando con la historia, especialmente la del Pueblo Israel, la de los profetas y por eso hoy celebramos ese Nacimiento, tan único, que incluso hemos contado los años de la historia a partir de Él.

¿A quién acogemos? Lo hemos cantado muchas veces desde anoche. Nos lo dicen muchas antífonas e himnos: “Nos ha nacido un niño que se llamará Dios héroe”; “Hoy nos ha nacido Cristo”, “Él ha nacido hoy como Salvador del mundo”; “Cuando brillará el sol en el horizonte, veréis al Rey de los Reyes que sale del Padre como un esposo de la cámara”.

Nos lo ha dicho el Evangelio: La Palabra de Dios se hizo Carne y habitó entre nosotros. y especialmente las últimas palabras: “A Dios nadie le ha visto nunca; Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado”. Fijémonos en que en los Belenes nunca representamos a Dios Padre, porque los pesebres son fieles a esta idea del evangelio de Juan, que corresponde a la buena teología, según la cual sólo Jesús es la imagen de Dios. Acogiendo su nacimiento, su persona, también recibimos al Dios Trinidad, al Dios Creador, al Dios redentor que nos quieres perdonar. Decía San Agustín comentando este fragmento del Evangelio que hemos leído que “es necesario no separarse de

Cristo nacido en la carne, hasta que no lleguemos a Cristo nacido del Único Padre, el verbo de Dios, en el que hay la vida y la luz de los hombres”. A Christo per carnem nato non recedas, donec pervenias ad Christum ab uno Patre natum, Verbum Deum apud Deum, per quod facta sunt omnia: quia illa vita est, quae in illo est lux hominum.

¿Desde dónde lo acogemos? Desde donde estamos. El Evangelio nos hablará de algunos que están en las tinieblas y de otros que sí han acogido la luz. Estamos en el mundo que sufre y también en el mundo que está contento. A veces desde las homilías se critica la forma actual de vivir Navidad. Naturalmente que hay intereses que nada tienen que ver con el Evangelio y que se aprovechan de lo que un antropólogo contemporáneo llamaba la perversión del deseo, sin embargo, en este gozo algo inconsciente que se respira en Navidad, me gustaría pensar que hay algo que viene de Dios que también se encarna en las celebraciones, en los encuentros familiares, en la generosidad de los regalos y no negar, por principio, todo esto, siempre que lo hagamos con espíritu cristiano y no dejemos de compartir con quienes más lo necesitan.

En este sentido, como ya hemos hecho esta noche, os proponemos colaborar en la colecta que haremos para Cáritas, que reciben peticiones para todo tipo de necesidades y se constituyen en un termómetro social del que no podemos desentendernos.

¿Por qué le acogemos? Hay un anhelo en nosotros que es muy importante reconocerlo. Es el deseo de Dios, a quien siempre vemos lejos, inabarcable. Pero algo nos dice que en ese momento cero de la historia ha habido un paso, un puente, una comunicación que no ha sido única, sino que se ha quedado en la historia. Poder vivir estas Navidades desde la fe cristiana, le da todo el sentido trascendental, abre el horizonte de una vida espiritual personal insuperable.

Acogemos a Cristo, no queremos ser de quienes no lo acogen en su casa sino de quienes lo reciben y se vuelven discípulos, porque sabemos que en esto hay sentido, hay felicidad y hay una respuesta a nuestro deseo de Dios que el Prólogo del Evangelio de San Juan describe dándonos el título de hijos de Dios.

Y finalmente, Navidad nos invita a participar, a hacer. En una estrofa del villancico Acudid fieles, se dice: “¡nosotros nos apresuramos con paso alegre!”. A esta Palabra de Dios que ha venido al mundo se le llama luz, y que ilumina. Sería algo triste que fuera una luz que no iluminara. Es necesario que nos hagamos la misma pregunta que dirigimos a los Pastores en la antífona de hoy: “Decid Pastores, decid a quién habéis visto, ¿quién se ha aparecido en la tierra?”. Y poder responder con ellos, “Hemos visto al Salvador”, y anunciarlo para que recibamos de Él una luz, que ilumina.

En la eucaristía participaremos de Jesucristo hecho sacramento. Es lo más importante que nos dejó su vida, ésta que empezó la primera Navidad y que desde entonces mantiene a la humanidad en el anhelo de comunión con Dios.

 

 

 

Última actualització: 28 diciembre 2024