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Domingo de Pascua (31 marzo 2024)

Homilía del P. Manel Gasch i Hurios, Abad de Montserrat (31 de marzo de 2023)

Hechos de los Apóstoles 10:34a.37-43 / Colosenses 3:1-4 / Juan 20:1-9

 

“Hoy es el día en que ha obrado el Señor, ¡alegrémonos y celebrémoslo!” Son unas palabras que repetiremos mucho esta semana. En la misa de esta mañana de Pascua, las cantarán los escolanes y la capella durante el motete del ofertorio, en la versión de Giovanni Pierluigi da Palestrina y en latín: “Haec dies quam fecit Dominus, exultemur et laetemur in ea”. ¡Seguro que la recordaréis bien porque estaréis tres minutos repitiendo esta breve frase!

“Este día de hoy” ha empezado esta noche, ¡tan corta! Parece una contradicción: ¿no es la noche lo contrario del día? ¡En cambio cantábamos al iniciar la Vigilia Pascual que la noche era tan clara como el día y que, por Dios, la luz y la oscuridad eran igual! Ésta es la fuerza de la Pascua, ésta es la fuerza de ese día en que ha obrado el Señor, un día que llega a iluminar la noche.

Y si bien es verdad que lo primero que hizo Dios fue dar a la luz el nombre de día y a la oscuridad el de noche, como dice la Biblia casi al principio, también es verdad que Él mismo iluminó la oscuridad del pueblo que huía de Egipto, y quiso que todo Israel esperara siempre el día del Señor, el día en que todas las promesas esperadas se cumplirían, día que comienza en otra noche, la de Navidad también iluminada por Dios desde la oscuridad y termina hoy.

¿Cuál es el secreto de María Magdalena yendo por la mañana, cuando todavía estaba de noche en el sepulcro de Jesucristo? Es el deseo del amor que no se resigna al fracaso y puede más que las pruebas evidentes de la muerte. Como nos gustaría que Ella, apóstol de los apóstoles, nos transmitiera ese deseo de buscar a Cristo incluso en las horas más oscuras de la vida. Por eso le hemos preguntado, cantando en la secuencia, ese fragmento de la misa de Pascua, de hoy, antes del Aleluya. “Dinos María, ¿a quién has visto en el camino?”

María Magdalena ha sido testigo de que realmente ¡Aquel fue el día en que obró el Señor!

Oraba San Anselmo a Dios, recordando la resurrección del Señor, “ojalá hubiera estado yo allá con las santas mujeres para escuchar el anuncio de la resurrección del Señor, anuncio que me consuela, anuncio tan esperado, anuncio tan deseado.

¡Hoy es el día en que ha obrado el Señor! Esta frase que estoy comentando está sacada del salmo 118, muchos siglos antes de la resurrección de Jesucristo. Quien la escribió no contaba una historia, sino que hablaba de una esperanza, deseaba ver el día en que realmente Dios actuaría. En la fiesta de Pascua, resucitando a Jesucristo de entre los muertos, el salmo 118 se ha cumplido del todo: a partir de ahora, todo lo bueno que puede pasar no será sino una reproducción y una actualización del mensaje profundo del día de hoy, tal y como nos vuelve a decir la secuencia:

“la vida y la muerte tenían una guerra y el rey de la vida, a pesar de haber muerto, reina vivo”.

La lucha entre la vida y la muerte, entre la luz y la oscuridad, entre el bien y el mal, es algo que vemos constantemente en nuestro entorno. Lo vemos en las noticias, en las películas, en las series, supongo que en los vídeojuegos. Ambas dimensiones están presentes en el mundo. También las tenemos muy en cuenta en nuestra oración. Y si estos últimos días, os hacía notar que incluso en los momentos más digamos dramáticos de nuestra oración, el viernes santo por ejemplo, durante la pasión y en la oración de la mañana, en medio de cantos que preguntaban a Dios el porqué de tanto mal, había siempre una esperanza, ¡el mensaje de Pascua no podría olvidar que su luz, su vida, su bien se proyectan sobre un mundo y sobre una realidad que la necesitan porque están llenas de todo lo contrario!

En todas estas historias de ficción, el autor decide si quiere que se acaben bien o mal. Lo que no es real es dominable, la gran verdad de Pascua es que, con ella, Dios ha dado a la historia y a la realidad un final que siempre acaba bien. La resurrección de Jesucristo ha cambiado la idea de la humanidad, el destino de todo, y lo ha hecho abriendo esta vida a la inmensa dimensión de Dios, que abarca todo el pasado y todo el futuro. Y donde Dios domina, sólo puede reinar, el bien, la luz y la bondad.

Los iconos de la resurrección lo expresan con una imagen muy bonita, en la que Jesús no resucita solo, sino que baja y atraviesa unas puertas, las puertas de la muerte y va a buscar a todos los que han muerto antes que él, simbolizados en Adán. Es una forma de decir que con esta resurrección conquista y lleva la vida a todo lo que había pasado antes. Y naturalmente su resurrección nos dice también una palabra sobre el futuro que nosotros podemos esperar, que es el de la vida después de la muerte, para cada uno de nosotros cuando será el momento, para todo el universo, el día de la Pascua de la Creación.

Con este marco que nos abre la gran solemnidad pascual, casi necesitamos hermanos y hermanas, ser optimistas y administrar la vida sabiendo, y hace falta fe, que la decisión final de Dios sobre el mundo está tomada, pero que depende de nosotros de parte de quien queremos estar, si de la luz o de la oscuridad. Recordemos siempre esto lo que hemos celebrado esta semana Santa, recordamos la respuesta solidaria que Dios nos ha dado ante nuestra hipocresía, nuestra debilidad, incluso ante la violencia que somos capaces de ejercer como humanidad contra los inocentes. Acordémonos de Jesucristo y no nos será difícil decidir en qué lado de la historia queremos estar.

En cualquier lucha que el mundo libra contra el mal, la resurrección de Jesucristo es la fuerza del bien, de la luz, de la paz, es la que nos urge a ponernos del lado del amor. Os invito queridos hermanos y hermanas a dejar que el Señor vencedor de la muerte entre en vuestros corazones.

We are here this morning celebrating the feast of feasts, Easter, the Resurrection of our Lord Jesus Christ. May him grant us his light, his goodness, his Peace, to make us able to fight the wrong, the war, the darkness of this world. Truly aware that He has overcome, win the battle of the world and the history.

¡Hoy es el día en que ha obrado el Señor! Alegrémonos y celebrémoslo.

 

Última actualització: 2 abril 2024