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Misa del dia de Navidad (25 diciembre 2023)

Homilía del P. Manel Gasch i Hurios, Abad de Montserrat (25 de diciembre de 2023)

Isaías 52:7-10 / Hebreos 1:1-6 / Juan:1-18

 

“Dios antiguamente había hablado a los padres por boca de los profetas; pero ahora, en estos días que son los últimos, nos ha hablado a nosotros en la persona del Hijo, que él ha constituido heredero de todo, por medio del cual ya había creado el mundo. Él, que es resplandor de la gloria de Dios e impronta de su mismo ser. (Hb 1, 1-6)”

Me he permitido repetir las primeras palabras de la segunda lectura, porque son un resumen perfecto de lo que estamos celebrando. Como hemos escuchado en el Evangelio, estamos celebrando que Dios ha hablado. Que existía una Palabra desde el principio y que esa palabra es la huella del mismo ser de Dios. Ahora hemos podido escuchar finalmente esta Palabra. Todo esto que os digo, responde muy bien a una conversación que teníamos con algunos escolanes de segundo, el día de San Nicolás, después de comer. Me preguntabais cuál era mi imagen de Dios. Y yo os dije que la única imagen correcta de Dios es Jesucristo. Os pregunté cuál era vuestra imagen de Dios, y alguien me dijo que un viejo con barba blanca y os respondí lo mismo, que la única imagen de Dios era Jesucristo. Me preguntasteis si Dios podía ser mujer y os dije que, aunque decimos Dios padre, esto es simbólico, porque Dios está más allá de ser hombre o mujer y que la única imagen de Dios es Jesucristo.

Algún arte europeo occidental de los últimos siglos nos ha representado a este Dios Padre, la primera persona de la Trinidad, efectivamente como un anciano con una barba blanca, con forma humana, como está en esta misma iglesia, en el rosetón del coro de arriba, pero esto no acaba de ser tan correcto como representar únicamente a Jesucristo como hombre. Sería mejor si nos quedáramos como en el arte románico, como en los iconos, como en el fragmento de la carta a los hebreos, como en el Evangelio según san Juan, con la idea de que a Dios nadie le ha visto nunca y que es el Hijo, Jesucristo quien lo ha revelado y representáramos esto.

Esta historia humana de Dios que comienza en la Navidad, nos invita a poner belenes en casa, en las iglesias, en algunas instituciones, para recordar y ver el nacimiento de Jesucristo, para entrar un poco más con la mirada, con las manos, en lo que ocurrió hace unos 2023 años. Ésta es una idea muy pedagógica que imaginó y realizó por primera vez san Francisco de Asís hace ochocientos años, cuando hizo el primer pesebre, que fue un pesebre viviente en el pueblo de Greccio: “para poder ver con los ojos” decía el santo. Lo hacía movido por el amor a Jesús y a los hombres y mujeres, por el deseo de hacer participar más y mejor a todo el mundo en la renovación cristiana que esta Palabra de Dios le inspiró como tan pocos otros santos en la historia. El Belén nos acerca el misterio del nacimiento de Jesús. El de este año os da un mensaje a todos los escolanes que representa cantando, mirando al director, cómo debe ser, pero más allá, mirando a Jesús que nace. Quedaos con la importancia de mirar siempre al final, a la persona de Cristo. Podéis hacerlo incluso mientras cantáis, o jugáis. Es importante mirar a Jesús. ¡Más importante que mirar el móvil!

Navidad a través de la persona de Jesucristo nos explica quién es Dios, pero también nos dice que ese Dios ha venido a impregnarnos. A partir de Jesucristo, nuestra humanidad también ha cambiado, quedando en una situación mucho más favorable a hacer el bien, limpia, bien dispuesta. En su vida que, simbólicamente comienza esta noche, Jesús de Nazaret, Cristo, nos demostró hasta qué punto podía ser maravillosa la condición humana, hasta qué punto él podía enseñarnos a qué metas de generosidad, de servicio y de amor podíamos llegar los hombres y mujeres si nos lo proponemos. Dios, que desde siempre nos había llamado a la bondad a través de los profetas y de todos los testimonios que encontramos en el Antiguo Testamento, vino a transformar definitivamente la condición humana cuando en la historia quiso quedar “en humilde pequeñez recluido” como le cantamos en el Santa Nit.

Pero no siempre respondemos al reto de amor que esta presencia de Jesús nos exige, para la que nos capacita e incluso para la que nos deja un libro de instrucciones que es el Evangelio.

Quisiera que se fijarais que, en este pesebre de la basílica, hay una luz, un farolillo. Cada año un grupo de scouts austríacos iban a Belén a encender una luz y le llamaban la luz de la paz. Luego la repartían a los scouts de toda Europa. El pasado domingo, no ayer, aquí en Montserrat, los escoltas catalanes a través del Agrupament de Monistrol quisieron repartir esa luz de la paz de Belén y también se quedó aquí para recordarnos al pie del pesebre que este año, sin embargo, no se ha podido encender en Belén a causa de la guerra. Esto nos hace pensar en todas las víctimas inocentes de Tierra Santa, el lugar en el que nació Jesús, muy especialmente de las de Gaza, con tantos niños muertos y heridos y con una situación humanitaria insostenible.

Y nos hace pensar también en todas las víctimas de las guerras, de las persecuciones y de todos los que se marchan de casa, tantas veces engañados. Por eso hoy, como hemos hecho esta noche, os proponemos participar en la colecta que haremos a favor de la ayuda sanitaria a los migrantes africanos que llegan a Marruecos y que son atendidos por el arzobispado de Rabat. Una diócesis que tiene unos lazos fuertes con Montserrat.

Las situaciones difíciles del mundo nos hacen confiar en esta Palabra que no sólo nos dice y nos habla de quien es Dios, sino con cuyo poder Él mismo sostiene el universo. Esta afirmación debería llevarnos a comprometernos. No podemos pensar que Dios sostiene él solo el universo con el poder de su Palabra. El mensaje de Navidad es que precisamente él cuenta con cada uno de nosotros para que la historia continúe un camino adecuado hacia el bien.

El poder de la Palabra de Dios nos ayuda sobre todo a nosotros y a nuestro compromiso. Cuántas veces nos hemos sentido apoyados por el ejemplo, por la comunión que captamos en Jesucristo en oración, por la presencia insustituible de los sacramentos, especialmente en la eucaristía.

La Navidad es certificar que Dios nos ha hablado definitivamente en Cristo. Con una Palabra que viene a explicarnos quien es Dios y a pedir nuestro compromiso con el mundo, para continuar su labor de sostener, de ayudar a que brille luz en las tinieblas que no le han podido acoger. Él es una palabra que habla más allá de toda lengua, habla al corazón de quien se confía en él.

Christmas is the security that God has spoken to us definitively in Christ. With a Word that comes to explain to us who God is and to ask for our commitment to the world, to continue his work of sustaining, of helping His light shine in the darkness that has not been able to welcomeHim. He is The word that speaks beyond all language, he speaks to the heart of those who trust in him.

En estas Navidades, solidarias con el mundo, confesando ese Dios que conocemos por la Palabra y con quien confiamos por el poder de esta misma palabra, seamos sobre todo agradecidos por todo lo que tenemos y por la situación de Paz que disfrutamos en nuestra casa y que nos permite celebrar estas fiestas en la alegría y la fraternidad de la familia, de los amigos, de nuestra comunidad. Saludo a los enfermos.

 

 

Última actualització: 30 diciembre 2023