Homilía del P. Valentí Tenas, monje de Montserrat (17 de noviembre de 2024)
Daniel 12:1-3 / Hebreos 10:11-14.18 / Marcos 13:24-32
Estimados Hermanos y Hermanas:
El Papa san Juan Pablo II, ilustre peregrino de Santa María de Montserrat, en el día de su elección al pontificado, (1978) en la plaza de san Pedro, en Roma, proclamó con fuerza su primer mensaje a la ciudad y a todo el mundo: “No abbiate paura” “¡No tengáis miedo! – ¡No tengamos miedo!”. Estas cortas palabras resumen el espíritu de todo el Evangelio de hoy. “Del día y la hora, nadie sabe nada ni siquiera los ángeles, ni el Hijo, sólo lo sabe el Padre”. (Marc. 13:32)
Recuerdo, el fin de año del 2000, al final de la Misa de medianoche, aquí en la Basílica de Montserrat, las plazas del monasterio estaban llenas de grupos y grupitos de gente. Unos con “Ponchos”, otros con vestidos blancos de todo tipo, con cara larga y triste, y nosotros de fiesta y júbilo para el nuevo siglo. Ni que decir tiene que les invitamos a Coca de Montserrat y Chocolate deshecho, como es tradición y costumbre en aquella madrugada fría del nuevo año, y del nuevo milenio.
¡Ni los antiguos escritos de profecías y desgracias medievales! ¡Ni los cálculos de predicciones catastróficas de los calendarios del nuevo mundo! ¡Ni las señales exteriores de estrellas! o la desprogramación informática mundial!… ¡No! ¡Nada de nada! una noche tranquila!… ¡No tengáis miedo! – ¡No tengamos miedo!!! Siempre hay alguien que se acaba creyendo estas cosas, sólo hay que ir repitiendo, y volver a repetir y repetir, haciendo cara seria y voz impostada, con una música misteriosa y suave de fondo. Como dice el Salmo 90: “Mil años a sus ojos, son como un día que ya ha pasado”.
La gente mayor de mi pueblo dice: “El hombre propone, en el sentido que planifica, que quiere hacer y hace, sin embargo, Dios dispone, en el sentido de que Él es el verdadero origen y finalidad de nuestra vida mortal”.
Hermanos y Hermanas: ¿Vivimos nuestro tiempo con miedo? ¿O Vivimos el tiempo de nuestra vida como regalo de Dios? ¿Vivimos nuestro tiempo como oportunidad? Vivimos un tiempo para decir: Hermano Sol, Hermana Luna. ¿Vivimos el tiempo para reflexionar sobre nuestra relación con Dios y los Hombres? El tiempo es limitado y nos permite ofrecer nuestras buenas o malas acciones. Un tiempo de preocupaciones y una ocasión única para amar a todos, porque somos: “Luz y Sal de la Tierra”. Como nos remarca el Profeta Daniel, en la primera lectura de hoy: “Los justos resplandecerán como la luz del firmamento… brillarán como estrellas para siempre”.
Personalmente, no me da miedo el fin del mundo, pero me da, mucho más miedo, la poca sensatez de muchos gobernantes de este mundo. Un comportamiento político o militar irresponsable por parte de los dirigentes puede llevar a la propia autodestrucción, y desgraciadamente, sin medios para combatirla. En definitiva, hay que vivir velando, firmes en el amor y cuidando nuestro pequeño planeta azul, que nos pide una gran misericordia ecológica. Todos recordamos desgraciadamente la trágica DANA del País Valencià.
El Padre Basili Girbau, último monje ermitaño de Montserrat, decía: “El mundo no se acaba, quienes se acaban somos nosotros si maltratamos al mundo”.
En la Noche de la gran Vigilia Pascual, durante el lucernario del fuego Nuevo y de la Luz nueva, el Celebrante con un estilete marca la Cruz del gran cirio Pascual diciendo: “Cristo Ayer y Hoy. Principio y Fin. Alfa y Omega. De Él son los Tiempos, y los Siglos. A Él la Gloria y el Poder, por toda la Eternidad”. Amén.
Hermanos, hoy es el Domingo XXXIII, y acaba prácticamente en el año Litúrgico. Un tiempo Humano para vivir la vida de Jesús en nuestro corazón en la Luz nueva de la Pascua. Un espacio para vivir en comunidad que Dios es Amor. Un período de alegría, de alegría, de esperanza, porque Cristo está presente, y vendrá un día en gloria y majestad. “¡Ven Señor Jesús!” (Maranatha).
La mañana de Pascua, el Ángel del Señor dijo a las Mujeres: “¡No tengáis miedo! Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado, ¡ha Resucitado! ¡NO está aquí! ¡Está Vivo!”. ¡No tengáis miedo! ¡No tengamos miedo! Amén. (Marc. 16:6)
Última actualització: 24 noviembre 2024