Hoy, el fragmento de los Hechos de los Apóstoles, nos recuerda la elección de siete diáconos para encargarse de la atención de las viudas de lengua griega que no eran atendidas debidamente. Más allá de la presentación de la función diaconal, nos está diciendo que, ya en las primeras comunidades, había dificultades en el trato entre ellos. La discriminación, sea por motivo de sexo, cultura, estatus social, etc, envenena las relaciones humanas, pero mucho más a la Iglesia que debería saber acoger, con los criterios de la justicia de Dios, a todos. En el ambiente donde te mueves, en la Iglesia, y en la sociedad civil, ¿cómo se vive o se practica la justicia? Y tú, ¿qué haces?
Señor, necesito que infundas en mi corazón Tu Espíritu, que sepa acoger y amar a todos sin distinciones.