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8 de junio de 2019 Sábado VII Pascua Hch 28, 16-20.30-31

La última lectura de los Hechos de los Apóstoles nos dice que: «Cuando llegamos a Roma, le permitieron a Pablo vivir por su cuenta en una casa, con un soldado que lo vigilase… Vivió allí dos años enteros a su propia costa, recibiendo a todos los que acudían, predicándoles el reino de Dios y enseñando lo que se refiere al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbos». Pablo, prisionero, no para de predicar; y nosotros, ¿qué hacemos? Incluso los que estamos impedidos, como nos lo hace ver Pablo, podemos anunciar la Buena Nueva. ¿Qué más me hace falta?
Señor, dame la fuerza y el coraje de Pablo. Hoy pídelo esto tantas veces como puedas.

Última actualització: 24 julio 2019