Nos encontramos frente a la segunda narración de la creación. Aquí se hace hincapié en que Dios, por medio del agua, da vida a la tierra; y a través de su aliento, da la vida al hombre. Así pues, la vida siempre pertenece a Dios, y en la vida, es decir, en Dios existe el criterio del bien y del mal; quien quiera comer del fruto del conocimiento del bien y del mal, es decir, quien quiera tomar el lugar de Dios, éste le dice: «tendrás que morir». ¿Te parecen justos los criterios del bien y del mal que existe en Dios?
Señor, que no busque suplirte, sino agradecerte la vida, la oportunidad que me has dado de conocer mejor la obra de tus manos.