4 de agosto de 2021 Miércoles XVIII

Nm 13, 1-2.25  – 14, 1.26-29.34-35

La tierra prometida la están pisando, pero a los que van a explorarla les entra miedo, y ese miedo lo quieren transmitir a los demás. En el fondo el miedo es a menudo un acto de desconfianza. Seguramente que, por nuestras propias fuerzas, no seríamos capaces de ganarnos la tierra prometida del Reino; pero si somos conscientes de que el Señor está con nosotros, llegaremos a puerto con su ayuda. Necesitamos confianza y coraje.

Señor, que en mi compromiso como creyente no me acobarde.

Abadia de Montserrat4 de agosto de 2021 Miércoles XVIII