Gn 28, 10-22a
No siempre es fácil explicar una experiencia de Dios. Hoy, a través de la narración de un sueño, Jacob nos cuenta que vio «Una escalinata, apoyada en la tierra, con la cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella». Lo que hay que subrayar es la comunicación que tiene Jacob, y que el Señor haga la promesa que le será fiel: «Yo estoy contigo; yo te guardaré dondequiera que vayas, y te volveré a esta tierra y no te abandonaré hasta que cumpla lo que he prometido». ¿Has tenido, a lo largo de tu vida, la convicción de que Dios, un día, te dijo: no te abandonaré? ¿Qué recuerdas? ¿Te ha ayudado esta convicción?
Señor, quiero decirte, que no te abandonaré; ayúdame a ser coherente con este compromiso.