Hoy, día 22 de diciembre, celebramos la festividad de: santa Francisca Cabrini, religiosa; y del beato Tomás Holland, presbítero.
Santa Francisca Javiera Cabrini, religiosa
Nació en el año 1850 en Italia y es la fundadora del Instituto de Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, dedicado a la asistencia a los pobres. Entendió que la modernidad estaba marcada por grandes flujos migratorios y tuvo el deseo de atender a los emigrantes italianos en América. Animada por el papa León XIII, en 1889, junto con un grupo de misioneras, se trasladó a Nueva York para ayudar a los emigrantes. Una vez establecidas en la ciudad, con dinero de los italianos acomodados, abrió escuelas, centros de reunión y hospitales para los inmigrantes menos afortunados, que eran la mayoría y vivían en condiciones penosas. Las monjas también visitaban las prisiones, donde los inmigrantes a menudo estaban indefensos. Solía decir: “no te aflijas, Dios no abandona a sus hijos”. Durante su vida, su fundación se extendió a diversos lugares de los Estados Unidos, México, Brasil y Argentina, y también estableció comunidades en Italia y Francia. Murió en Chicago el 22 de diciembre de 1917. En el año 1946 fue canonizada y declarada patrona de todos los inmigrantes.
Beato Tomás Holland, presbítero
Nació en Inglaterra en el año 1600 en el seno de una familia católica. Después de estudiar en los Países Bajos españoles y en el colegio inglés de Valladolid, ingresó en los jesuitas y regresó a Inglaterra para ejercer clandestinamente como presbítero católico, utilizando seudónimos y moviéndose con frecuencia. Antes de predicar tenía la costumbre de arrodillarse, besar el suelo y decir en voz baja: “Señor, enséñame a hacer tu voluntad”. Bajo el gobierno del rey protestante Carlos I, fue denunciado como apóstata, encarcelado, juzgado y condenado a muerte. En 1642, justo antes de morir ahorcado en Londres, dijo: “ruego por la paz de Inglaterra y por el retorno de la fe” y perdonó de todo corazón a sus verdugos. Fue beatificado en 1929.