Hoy, día 14 de diciembre, celebramos la festividad de: san Juan de la Cruz, presbítero y doctor; de san Venancio Fortunato, obispo; y de la beata Francisca Schervier, religiosa.
San Juan de la Cruz, presbítero y doctor de la Iglesia
Seguramente es el místico más relevante de los tiempos modernos, y un magnífico poeta. Juan de Yepes Álvarez nació en Ávila en 1542. Estudió con los Jesuitas y en la Universidad de Salamanca. En el año 1567, santa Teresa lo ganó para la reforma carmelitana, en la cual destacó como maestro y director espiritual, y como reformador de la rama masculina del Carmelo, tomando el nombre de Juan de la Cruz. Ascético y serio, no siempre fue comprendido. Fue víctima de las luchas de poder y de las obsesiones antiheréticas del momento, lo que le causó prisión y muchas penalidades. En medio de las persecuciones hallará paz del espíritu: “donde no hay amor, pon amor y sacarás amor”. Explican que, a causa de la rama opuesta de la orden carmelitana, estuvo durante ocho meses encarcelado en una celda minúscula, oscura y húmeda de la prisión conventual de Toledo, hasta que pudo huir por una pequeña ventana atando trapos y mantas para hacer una cuerda.
Representa la cumbre de la escuela ascético-mística castellana. Sus escritos tuvieron un peso decisivo en la espiritualidad moderna, especialmente en sus libros “Subida al Monte Carmelo” y “Noche oscura del alma”. Expresa lo que es inexpresable, es decir, la experiencia mística. Por ello, además de las fuentes bíblicas (especialmente el Cantar de los Cantares), utiliza procedimientos y formas de la poesía tradicional y renacentista, que llena de contenido religioso. Una de sus frases más célebres es: “Para venir a lo que no eres, has de ir por donde no eres. Para venir a poseerlo todo, no quieras algo en nada. Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada”. Naturalmente, para san Juan no se trataba tanto de renunciar a cosas, sino de amar a Alguien: “el alma se contenta con lo que es del Amado”.
Murió en Úbeda (Jaén) el 14 de diciembre de 1591, siendo canonizado en 1726. En 1926 fue declarado Doctor de la Iglesia Universal. Es patrón de los poetas, de los místicos y de los carmelitas descalzos, así como de quienes buscan una vida espiritual profunda y de contemplación.
San Venancio Fortunato, obispo
Nació hacia el año 530 cerca de Treviso, Véneto. Poeta latino, es uno de los últimos poetas clásicos, representante del paso del mundo latino al mundo medieval. Estudió en Rávena, entonces reconquistada por el imperio bizantino y capital del Exarcado. Se familiarizó con autores clásicos como Virgilio, Horacio, Ovidio y Marcial, y con poetas cristianos como Arator, Claudio y Sedulio. Hacia el 560 marchó a la Galia, pasando por Germania, probablemente para trabajar como poeta en la corte merovingia, pero circunstancias políticas impidieron que permaneciera en la corte. En Poitiers conoció a santa Radegunda, esposa y luego viuda de Clotario I, que se había retirado a un monasterio. Influido por ella, se hizo sacerdote y, hacia el 597, llegó a ser obispo de Poitiers.
Escribió diversas biografías de santos y recopilaciones de viajes recogidas en los once libros del Carmina Miscellanea, porque “los santos son luces que guían nuestros pasos hacia la verdad eterna”. Algunos de sus himnos entraron en la liturgia, como el dedicado a la Cruz, el Vexilla regis, y el eucarístico Pange lingua. Se durmió en la paz de Cristo un 14 de diciembre hacia el 610.
Beata Francisca Schervier, religiosa
Nacida en Aquisgrán en 1819, fue la fundadora de las Hermanas de la Misericordia de san Francisco, las Hermanitas de los Pobres, orden dedicada a los pobres, los enfermos y los marginados. En el momento de la muerte de la beata Francisca en 1876, su fundación contaba con numerosas casas. La orden fue finalmente aprobada por la Santa Sede en 1908. Su beatificación es de 1974.