Hoy, día 18 de noviembre, celebramos la festividad de la dedicación de las basílicas de san Pedro y san Pablo, apóstoles; de la dedicación de la catedral de Barcelona; de san Odo, abad; y de santa Rosa Filipina Duchesne, virgen.
La Dedicación de las basílicas de San Pedro del Vaticano y San Pablo Extramuros
Tal día como hoy del año 1626, el papa Urbano VIII consagró la Basílica de San Pedro del Vaticano, comenzada a construir casi ciento veinte años antes, en sustitución de la que el emperador Constantino había hecho edificar en el siglo IV sobre el lugar donde había sido enterrado el apóstol Pedro.
Y hoy también recordamos, uniendo como es tradición las figuras de los dos grandes apóstoles, la consagración de la actual basílica de San Pablo, que realizó el papa Pío IX el 10 de diciembre de 1854, restaurada después del incendio que la devastó en 1823, situada también en el lugar de la tumba del apóstol en el camino de Ostia.
La Dedicación de la Catedral de Barcelona
Ya en 599, el concilio barcelonés menciona la Santa Cruz como titular de la sede. Tras la reconquista cristiana de 877 acogía una capilla dedicada a la Virgen y las reliquias de santa Eulalia recién descubiertas. Entonces se añadió al antiguo título el de Santa Eulalia. La catedral románica se consagró el 18 de noviembre de 1058. El templo actual es la tercera catedral, construida a partir de 1298 a lo largo de 150 años, sin contar la fachada, del siglo XIX, y el cimborrio terminado en 1913.
San Odo, Abad
Nació cerca de Tours, Francia, hacia 880. Se hizo monje benedictino, destacando por su humildad, oración y disciplina. Fue elegido en 927 como abad de Cluny, consolidando su independencia respecto al poder civil y episcopal. Instauró la observancia monástica según la Regla de san Benito y la disciplina de san Benito de Aniano, estableciendo Cluny como centro de reforma monástica que influiría en toda Europa occidental. Murió el 18 de noviembre de 942 después de quince años de abadiato. Aunque el calendario romano lo celebra hoy, en Montserrat se celebra el 11 de mayo junto con los otros santos abades de Cluny.
Santa Rosa Filipina Duchesne, virgen
Nació en Grenoble en 1769 en el seno de una familia acomodada y profundamente cristiana. Decidió hacerse religiosa de la Sociedad del Sagrado Corazón, pero la Revolución Francesa impidió que pudiera consagrarse formalmente, teniendo que huir y vivir en comunidades clandestinas. Finalmente se consagró en 1799 y se dedicó a trabajar en la reconstrucción de las comunidades y escuelas afectadas por la revolución.
Sentía una vocación misionera muy fuerte. Así, tras obtener la autorización pontificia y de la Sociedad, en 1818 se trasladó con algunas compañeras a Misuri, Estados Unidos. Allí, en medio de un clima duro, marcado por la pobreza y la distancia, estableció una nueva comunidad y varias escuelas, siendo pionera en la educación femenina del Oeste americano. Entre los nativos fue conocida como “la anciana que siempre reza”. Ella solía decir: “Todo para Dios, todo para la educación de los niños”.
Poco antes de morir el 18 de noviembre de 1852, dijo: “Señor, no quiero nada más que estar a tus pies y orar por todos mis hijos”. Fue canonizada en 1898. Es un claro testimonio de confianza en Dios, perseverancia y lucha, a pesar de las dificultades.

