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27 de noviembre de 2025 Jueves XXXIV (Dn 6, 12-28)

Daniel es fiel a su fe hasta la raíz, y a pesar de decretos y prohibiciones, él continúa orando. Denunciado y, comprometido el rey por su ley que es irrevocable, éste se ve obligado a mandar que Daniel sea echado a los leones, los cuales no le hacen ningún daño. Porque en el fondo, Dios ha hecho revocable una decisión humana irrevocable. De ahí el reconocimiento del rey cuando dice: «es el Dios vivo, que permanece siempre. Su reino no será destruido, su imperio dura hasta el fin. Él salva y libra, hace prodigios y signos en el cielo y en la tierra …».

Señor, ayúdame a hacer irrevocable el deseo que tengo de seguirte y amarte.