Hoy, día 30 de octubre, celebramos la festividad de: san Germán, obispo; y de san Marcel de León, mártir.
San Germán, obispo
De familia acomodada, donó sus bienes a los pobres y se dedicó a la vida ascética de oración y penitencia. Cuando murió el obispo de Capua en 516, el clero y el pueblo lo eligieron como nuevo obispo. Fue enviado por el papa Hormisdas a Constantinopla en 519 para superar el cisma de Acacio que había dividido durante años a las iglesias, misión que logró. San Gregorio Magno explica en sus “Diálogos” que, cuando el obispo murió alrededor del 541, san Benito vio cómo el alma del obispo de Capua era transportada al cielo por los ángeles en un globo de fuego.
San Marcel de León, mártir
Fue un centurión romano destinado a Tánger, en el norte de África, que profesaba en secreto la fe cristiana. En el año 298, para celebrar el aniversario del emperador Maximiano, la fiesta obligaba a todos los militares a ofrecer ofrendas a los dioses, pero él se negó, arrojando al suelo sus insignias y declarándose cristiano, razón por la cual fue ejecutado.
Una tradición posterior muy arraigada sostiene que este centurión era originario de la ciudad de León; por ello, en 1493, tras la conquista de Tánger a los musulmanes, el rey Fernando el Católico trasladó las reliquias de san Marcel a León, donde es venerado como patrón.

