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19 de octubre de 2025 San Pedro de Alcántara, san Juan de Brébeuf y compañeros, san Pablo de la Cruz, santa Laura y la Virgen de la Salud de Sabadell

Hoy, día 19 de octubre, celebramos la festividad de los santos presbíteros Pedro de Alcántara, Juan de Brébeuf y sus compañeros mártires; de san Pablo de la Cruz; de santa Laura, mártir; y de la Virgen de la Salud de Sabadell.

San Pedro de Alcántara, presbítero

Nació en Alcántara en 1499. Fue un hombre de admirable penitencia, severo consigo mismo y, en cambio, indulgente con los demás. A los 16 años ingresó en los franciscanos descalzos, cambiando su nombre de Juan por el de Pedro. Reformó la Orden Franciscana en España y fue consejero de santa Teresa de Ávila en la reforma carmelitana. Santa Teresa escribió de él: “Era muy viejo cuando le vine a conocer, y tan extrema su flaqueza, que parecía hecho de raíces de árboles. Con toda esta santidad era muy afable, aunque de pocas palabras si no era con preguntarle. En éstas era muy sabroso, porque tenía muy lindo entendimiento”. Nuestro santo escribió el Tratado de la oración y de la meditación, una obra breve, concisa y clara para ayudar a la gente de su tiempo a orar. Murió en 1562 y fue canonizado en 1669.

San Juan de Brébeuf y compañeros, mártires

Juan nació en la casa señorial de sus padres, fervientes católicos, en Normandía (Francia) en 1593. Estudió humanidades en Caen e ingresó en la Compañía de Jesús a los veinticuatro años. Tras ser ordenado sacerdote, en 1625 zarpó hacia Quebec con la intención de evangelizar América del Norte. Allí, con la ayuda de un fraile franciscano, se dirigió al norte para establecerse entre los hurones, un pueblo indígena hospitalario dedicado al cultivo de cereales. Durante tres años aprendió a vivir y alimentarse como ellos en un verdadero esfuerzo de inculturación. Tradujo el catecismo a la lengua hurona, elaboró un diccionario y compuso el villancico más antiguo de Canadá, con letra en hurón.
Cuando en 1629 Quebec fue conquistada por los ingleses, tuvo que regresar a Francia, pero cinco años después pudo volver y fundó tres misiones entre los hurones. Sin embargo, la guerra tradicional entre hurones e iroqueses continuaba. Cuando una epidemia de gripe causó estragos entre los indígenas, estos culparon a los jesuitas de los contagios. A pesar de ello, Juan fue muy querido por los hurones por su entrega durante la enfermedad, llegando incluso a ser nombrado jefe hurón, lo cual facilitó su labor evangelizadora.
Nombrado superior de Sillery, participó en la fundación de Montreal. Más tarde volvió a las misiones, y cuando visitaba una de ellas, la de San Ignacio, fue atacada por los iroqueses. Aunque tuvo la oportunidad de huir con las mujeres, no quiso abandonar a los hurones. Cuando el poblado fue capturado, lo ataron, lo quemaron, le vertieron agua hirviendo sobre la cabeza y las heridas como burla del bautismo, y finalmente le arrancaron el corazón con un cuchillo. Era el 16 de marzo de 1649.
Fue canonizado en 1930 junto con otros siete jesuitas martirizados por los iroqueses entre 1642 y 1649. Diez años después, los ocho fueron declarados patronos de Canadá.

San Pablo de la Cruz

Nació en 1694 en el norte de Italia. A los diecinueve años experimentó un fervor interior que lo llevó a servir a los pobres y enfermos. Con algunos compañeros fundó la congregación de los pasionistas, que combinaba la vida retirada con la actividad apostólica, centrada en la espiritualidad de la Pasión del Señor, a la que consideraba “la más alta expresión del amor de Dios por el hombre”. Posteriormente, se fundó también una rama femenina: las Hermanas Pasionistas de San Pablo. Predicó incansablemente y escribió cerca de 10.000 cartas para llegar a los más alejados. Murió en Roma en 1775 y fue canonizado en 1867.

Santa Laura, mártir
Es considerada una de las mártires de Córdoba durante la persecución del siglo IX. Según la tradición, estaba casada y, al quedar viuda, ingresó en el monasterio mozárabe de Santa María de Cuteclara, donde en el año 856 sucedió como abadesa a la mártir santa Aurea. Al igual que ella, quiso proclamar con fervor su fe cristiana frente al islam y fue ejecutada en el año 864.

La Virgen de la Salud de Sabadell

A las afueras de Sabadell, en la llamada Sierra de San Iscle (por la presencia de la ermita existente desde el año 1300), comenzó a venerarse una imagen de la Virgen a finales del siglo XVII, bajo la advocación de la Virgen de la Salud. Esta advocación pide ser liberados de una vida triste y alcanzar con salud la alegría del cielo. En 1882 se inauguró el actual santuario, completado con el campanario (1907), el camarín (1928) y, tras los graves destrozos de 1936, fue totalmente reconstruido. Al erigirse la nueva diócesis de Tarrasa, que abarca el Vallés Occidental y el Oriental, la Virgen, bajo la advocación de la Salud, fue proclamada en 2008 patrona de la diócesis.

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