Hoy, día 15 de octubre, celebramos la festividad de:
Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia
Teresa de Cepeda y Ahumada nació en Ávila en 1515. Ya desde adolescente demostró claramente tanto su fervor religioso como su interés por la literatura. A los veinte años ingresó en el convento carmelita de la Encarnación, en Ávila. Fue una mujer de gran energía y capacidad, que vivió una intensa vida espiritual.
Su oración no se limitaba a la oración vocal. Sabía que Dios vivía en su interior, y vivió la gran aventura de la amistad con Él: “La oración mental no es otra cosa, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces a solas con quien sabemos que nos ama.”
Con un espíritu religioso extraordinario, tuvo grandes experiencias místicas y, al mismo tiempo, una fuerte vocación reformadora dentro del Carmelo. Gracias a sus cualidades humanas, logró llevar a cabo esa reforma con gran eficacia, en medio de una fuerte oposición. Fundó cerca de una veintena de conventos de carmelitas descalzas.
Es una figura clásica de la literatura castellana, al igual que su colaborador apostólico, san Juan de la Cruz. Dejó una abundante obra escrita, tanto autobiográfica como doctrinal. Su experiencia religiosa, su reforma radical y austera, y posiblemente también su ascendencia de judíos conversos, le complicaron el camino. Incluso la Inquisición vigiló de cerca sus pasos.
Sin embargo, pronto se reconoció que santa Teresa de Jesús era una de las grandes santas de la Iglesia, una de las más destacadas místicas y escritoras de la Edad Moderna. Su obra más famosa es El castillo interior, un itinerario del alma en busca de Dios.
Viajera incansable, a pesar de su frágil salud, murió en Alba de Tormes la noche en que se aplicó la reforma gregoriana del calendario, en octubre de 1582. Fue canonizada en 1622 y proclamada Doctora de la Iglesia Universal en 1970.