Hoy, día 1 de septiembre, celebramos la festividad de: san Gil, ermitaño; san Lirio, obispo; santa Teresa Margarita Redi, religiosa; y del beato Josep Samsó, presbítero y mártir.
San Gil, ermitaño
San Gil o Egidio fue un ermitaño que vivió en un bosque del sur de Francia hacia el año 700, y sobre cuya tumba se edificó el magnífico monasterio de Saint-Gilles, en la región de Nimes. Pasaba el tiempo rezando, entre la austeridad y los ayunos, alimentándose de hierbas, raíces, frutos silvestres, y durmiendo en el suelo con una piedra como almohada.
La leyenda cuenta que solía ir acompañado de una cierva que le proporcionaba leche y que, durante una batida de caza, una flecha del rey godo dirigida a la cierva hirió a nuestro ermitaño. Entonces nació una gran amistad entre ambos, llegando a fundarse un monasterio donde nuestro santo sería abad hasta su muerte, el 1 de septiembre del año 720. Allí cultivó campos –algunos nunca antes trabajados–, abrió vías comerciales y, sobre todo, emprendió una gran obra de evangelización. A partir del siglo X su devoción se extendió por toda Europa.
Según otra tradición, san Gil pasó también unos años como ermitaño en el valle de Nuria, donde recibe culto. Allí tenía una cruz, una campana utilizada para convocar a los pastores a la oración y compartir con ellos la comida, y una olla que, según la leyenda, es remedio para la esterilidad femenina.
San Lirio, obispo
Fue obispo de Couserans, en el Pirineo central francés, durante las invasiones visigodas, hacia mediados del siglo VI. Fue muy venerado en Cataluña, especialmente en Lleida, hasta el punto de que una tradición lo considera obispo de esa sede.
Santa Teresa Margarita Redi, religiosa
Anna Maria Redi, nacida en Arezzo, Toscana, en 1747. Fue una joven aristócrata, dotada de gran inteligencia y profunda religiosidad. A los 16 años, se disponía a entrar en la orden religiosa de las carmelitas descalzas, en el convento de Santa Teresa de Florencia, tras una inspiración de santa Teresa de Jesús. Allí profesó tomando el nombre de Teresa Margarita del Sagrado Corazón de Jesús. De vida contemplativa intensa y con dones místicos, predijo su muerte, ocurrida cuando tenía solo 23 años a causa de una peritonitis, en Florencia en 1770. Fue declarada santa en 1934.
Beato Josep Samsó i Elias, presbítero y mártir
Nació en Castellbisbal en 1887. Sacerdote católico, ejemplo de bondad, caridad y perdón. Se dedicó especialmente a los catequistas, a la formación de la juventud y a la dirección espiritual. Al estallar la Guerra Civil fue detenido en Mataró por su condición de sacerdote y encarcelado. El 1 de septiembre de 1936, fue fusilado en el cementerio, después de haber perdonado y abrazado a sus verdugos. Uno del pelotón no se dejó abrazar: “si llego a abrazarlo, no lo habría matado”. Fue beatificado en 2010 en la Basílica de Santa María de Mataró, de donde había sido rector. Esta fue una beatificación histórica, la primera de este tipo celebrada en Cataluña desde el siglo XII.