Hoy, día 23 de agosto, celebramos la festividad de: santa Rosa de Lima, virgen; y la del beato Francisco Dachtera, presbítero y mártir
Santa Rosa de Lima, virgen
Isabel Flores de Oliva, conocida con el sobrenombre de Rosa, nació en la ciudad de Lima en el seno de una familia descendiente de españoles en 1586. De espíritu místico, ya desde pequeña se hizo terciaria dominica y, viviendo en casa con sus padres y hermanos llevando una vida de trabajo, dedicaba muchas horas a la oración, la penitencia y la atención de los enfermos.
Mientras rezaba ante una imagen de la Virgen María escuchó que el Niño Jesús le decía: “Rosa, dedícame todo tu amor”. No lo dudó y Jesús fue su amor, cultivado en la virginidad, la oración y la penitencia. Solía repetir: “Dios mío, puedes aumentar mis sufrimientos, con tal que aumentes mi amor por Ti”. Es el significado redentor de la Pasión de Cristo, que percibió claramente: el dolor vivido con fe redime, salva; y el dolor del hombre puede asociarse al dolor salvífico de Cristo.
Pasó los últimos años de su vida muy enferma y murió a los 31 años de edad el 23 de agosto de 1617. Fue canonizada en 1671, y es la primera en obtener la dignidad de santa del continente americano. Es patrona principal de América, Filipinas y las Indias Occidentales.
Beato Francisco Dachtera, presbítero y mártir
Francisco Dachtera nació en Salno (Polonia) en el seno de una familia humilde y religiosa, en 1910. Fue ordenado sacerdote en 1933. Enseñó religión y es autor del libro “La doctrina de la fe”.
Movilizado como capellán militar, cayó prisionero de los nazis en 1939 y fue conducido al campo de concentración de Buchenwald y posteriormente al de Dachau. Allí los médicos experimentaban con los prisioneros sin ninguna consideración a la dignidad humana. Fue intencionadamente infectado con malaria sin recibir ningún tratamiento, lo que le provocó una insuficiencia hepática y un gran dolor. Muy debilitado por los experimentos, murió probablemente por una inyección letal el 23 de agosto de 1944. Beatificado en 1999.