Hoy, día 17 de agosto, celebramos la festividad de: san Jacinto, presbítero; de santa Beatriz de Silva, religiosa; de san Cerato, obispo; y del santo patriarca Isaac.
San Jacinto de Cracovia, presbítero
Este polaco, nacido en Silesia hacia 1183, estudió en Praga, cursó Derecho en Bolonia y Teología en París. Fue canónigo de Cracovia, y en una visita a Roma hacia el año 1220 conoció a santo Domingo de Guzmán, fundador de los dominicos, y junto con un compañero tomó el hábito de los frailes predicadores. De regreso a Polonia, fundó el primer convento dominico e inició una amplia labor de predicación que lo llevó hasta Kiev, Prusia y Lituania. Murió en el Señor en 1257, habiendo fundado numerosos conventos dominicos. Fue canonizado en 1594. Es patrón de Polonia.
Santa Beatriz de Silva, religiosa
Hija del consejero del monarca portugués y primer gobernador lusitano de Ceuta, nació hacia 1424. Desde pequeña estuvo muy vinculada a los franciscanos. Fue llevada a la corte de Castilla como dama de honor de la reina, con quien tuvo problemas por celos de su belleza, hasta que huyó a un convento dominico de Toledo, donde se dedicó a las obras de caridad y a recibir a diversas personas que le pedían consejo. Isabel la Católica le cedió un edificio para edificar un nuevo convento, donde inició la nueva familia religiosa: la Orden de la Inmaculada Concepción (Concepcionistas), aprobada justo antes de su muerte en 1491. Poco después, en 1511, la orden adoptó una regla propia, pero vinculada a la órbita franciscana, siendo conocidas desde entonces como concepcionistas franciscanas. Fue canonizada en 1976.
San Cerato de Grenoble, obispo
En el siglo V fue obispo de Grenoble y tuvo correspondencia con el papa León, a quien escribió una carta. El monofisismo oriental había penetrado en Occidente de la mano de los godos. En su escrito, Cerato instaba al papa a combatir estas tesis, pues los arrianos le hicieron la vida imposible.
San Isaac, patriarca del Antiguo Testamento
Narrado en el libro del Génesis, es uno de los patriarcas del pueblo de Israel, hijo de Abraham y Sara, padre de Esaú y Jacob. Bajo la perspectiva bíblica, el patriarca Isaac es una figura de transición entre Abraham y Jacob. Su nombre es un canto a las fuerzas positivas de la existencia. La promesa de un futuro próspero, “Dios proveerá”, se concretó en Isaac, protagonista, junto con su padre Abraham, de un episodio fundamental de la historia sagrada: la escenificación del momento en que nuestra civilización dio un giro al cambiar el perfil de su Dios y rechazar los sacrificios humanos.