Hoy, día 8 de agosto, celebramos la festividad de San Domingo de Guzmán, presbítero; la de San Ciriaco, mártir; y la de la beata Bonifacia Rodríguez, religiosa.
Domingo de Guzmán, presbítero
Nació hacia 1170 en Caleruega, un pequeño pueblo de la provincia de Burgos, cerca de Silos. Estudió teología en Palencia y, deseoso de una vida cristiana, ingresó en la comunidad de canónigos regulares de la catedral de Osma. Acompañando a su obispo en una misión a Dinamarca y Roma, descubrió la extensión de la herejía albigense. Estos despreciaban el cuerpo y no aceptaban algunos dogmas católicos ni ciertos sacramentos; tenían una visión pesimista de la vida, de la que había que liberarse mediante una extrema austeridad. Rechazando la violencia indiscriminada de los cruzados tanto contra albigenses como católicos –“matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos”–, decidió dedicarse a la predicación para lograr la conversión de los cátaros.
Hacia el año 1206 fundó un monasterio de monjas contemplativas para jóvenes que él había convertido y rescatado del catarismo, y que además sirvió como núcleo del primer grupo de predicadores. Deseoso de una nueva forma de propagar la fe para llenar el vacío apostólico que no cubrían ni el clero diocesano ni los monjes, fundó en 1216 en Toulouse un nuevo orden religioso. Es la Orden de Predicadores o dominicos, cuyo objetivo principal era la predicación itinerante, unida al testimonio de una vida regular y de pobreza voluntaria (orden mendicante). Una de sus máximas favoritas era que los frailes debían hablar siempre “con Dios o de Dios”. Murió en agosto de 1221 y fue canonizado en 1234.
San Ciriaco de Roma, diácono y mártir
A comienzos del siglo IV, el diácono Ciriaco, junto con sus compañeros Largo, Crescenciano, Memmia, Juliana y Esmaragdo, mientras confortaban a los prisioneros cristianos obligados a trabajos forzados en las Termas de Diocleciano, fueron descubiertos y encarcelados. Después de varios exorcismos y conversiones, finalmente sufrieron el martirio en Roma hacia el año 304 o 306 y fueron enterrados en la Vía Ostiense. Es patrón de Ibiza.
Beata Bonifacia Rodríguez de Castro, religiosa
Nació en Salamanca en 1839. Con la ayuda de la dirección espiritual del jesuita P. Javier Butiñá, inició la vida comunitaria en su taller de cordonería y pasamanería de Salamanca con un grupo de mujeres que buscaban agradar a Dios mediante el trabajo y la oración. Fue el inicio de la fundación de las Siervas de San José, para promover a la mujer de forma cristiana y social mediante la oración y el trabajo, según el ejemplo de la Sagrada Familia. Fue una mujer de intensa vida interior y superó grandes adversidades para cumplir su misión apostólica. Murió el 8 de agosto de 1895 y fue canonizada en 2011.