A veces hay frases impresionantes. Hoy tenemos unas de Pablo que dicen: «a mí no me importa la vida, sino completar mi carrera y consumar el ministerio que recibí del Señor Jesús: ser testigo del Evangelio de la gracia de Dios». Esto, sinceramente, ¿puedo decirlo yo?
Señor, injértame del espíritu que tenía Pablo.