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10 de mayo 2025 san Juan de Ávila, beato Nicolás Albergati y de san Antonio Pierozzi

Hoy, día 10 de mayo, celebramos la festividad: de san Juan de Ávila, presbítero y doctor; del beato Nicolás Albergati, obispo; y de san Antonio Pierozzi, arzobispo de Milán.

San Juan de Ávila, presbítero y doctor

Nacido en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) en el año 1499 en el seno de una familia acomodada de ascendencia judía. Estudió en Alcalá de Henares y Salamanca. Fue ordenado presbítero en 1526 y, desde entonces, desarrolló una gran actividad en misiones populares en el sur de España, lo que le valió el título de apóstol de Andalucía. Predicador y escritor, fundó colegios para formar a los candidatos al sacerdocio y, mediante sus escritos, ha influido durante siglos en la vida del clero secular. En 1531 fue denunciado por herejía a la Inquisición, y en la soledad de la celda escribió gran parte de su doctrina espiritual: «aprendió en pocos días más cosas que en todos sus años de estudios». Dos años después fue declarado inocente. Mantuvo contacto con las grandes personalidades espirituales de la Península y fue muy valorado por otros santos de su tiempo: amigo de san Ignacio, favoreció el establecimiento de los jesuitas, apoyó la reforma carmelitana de santa Teresa de Jesús y a san Juan de Dios para la fundación de la Orden Hospitalaria.

Falleció en Montilla (Córdoba) el 10 de mayo de 1569. Fue canonizado en 1970, en 1946 fue designado patrón del clero secular español y en 2012 declarado Doctor de la Iglesia Universal.

Beato Nicolás Albergati, obispo

Noble de la ciudad de Bolonia, tras estudiar leyes se hizo cartujo. En 1427 fue ordenado obispo de Bolonia y cuatro años más tarde creado cardenal. El papa Martín V lo nombró nuncio apostólico y trabajó con éxito para restablecer la paz entre Francia y Borgoña, y entre Milán y Venecia, por lo que se le conoció como “el ángel pacificador”. Potenció mucho el cultivo de las artes. Fue beatificado en 1745.

San Antonio Pierozzi, de Milán

Conocido también como san Antonio de Florencia, nació en esta ciudad en el año 1389. Hombre culto, protector de la obra de Fra Angélico, teólogo y gran erudito italiano, ingresó en la orden de los Predicadores, y ejerció diversas responsabilidades importantes hasta que en 1446 fue nombrado arzobispo de Florencia, donde veló especialmente por el clero. A la vez, creó instituciones al servicio de los más pobres e intentó no involucrarse en las luchas de poder en la ciudad. A pesar de su gran actividad pastoral, nunca descuidó el estudio y la reflexión. Es autor de numerosos y extensos escritos, sobre todo de teología moral, entre los que destacan la Summa sacrae theologiae y la Chronica. Falleció en Montughi, una colina habitada al norte de Florencia, en el año 1459. Fue proclamado santo en mayo de 1523.