Hoy, 9 de mayo, celebramos la festividad de san Isaías, profeta; y la del beato Tomás Pickering, mártir.
San Isaías, profeta
Es el mayor de los llamados “Grandes Profetas” de Israel, del Antiguo Testamento, que en el siglo VIII a.C., bajo el reinado de los reyes de Judá Ozías, Jotam, Acaz y Ezequías, fue enviado a un pueblo infiel y pecador para manifestar al Dios fiel y salvador, en cumplimiento de las promesas que Dios juró a David. El libro bíblico de Isaías está dividido en tres partes, escritas por Isaías y sus herederos; así, la segunda parte narra hechos ocurridos dos siglos después. Según cierta tradición judía, tuvo una vida muy larga y murió martirizado bajo el reinado de Manasés al ser aserrado dentro del cedro donde se había refugiado.
Beato Tomás Pickering, mártir
Nacido en 1620, profesó a los cuarenta años como monje benedictino. En 1678 fue acusado falsamente de conspirar para asesinar al rey Carlos II y, a pesar de la falta de pruebas y de la intercesión de la reina, fue condenado a la horca y al descuartizamiento. Movido por su amor a Cristo, se dirigió con ánimo sereno hacia el patíbulo en Londres, un 9 de mayo de 1679. Años más tarde se demostraría la falsedad de la acusación y el propio acusador fue también condenado a muerte por perjurio. Fue beatificado en 1929.