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1 de mayo 2025 San José, profeta Jeremías y de san Ricardo Pampuri

Hoy, día 1 de mayo, celebramos la festividad de: san José obrero, del profeta Jeremías y de san Ricardo Pampuri, religioso.

San José obrero

Además de ser el padre adoptivo de Jesús y el esposo de María, san José era artesano y carpintero en un pequeño pueblo de Galilea. Con su vida de trabajador, ennoblece el trabajo manual con el que mantiene a su Sagrada Familia y participa en el proyecto de salvación. Es para el cristiano el modelo a seguir en el ejercicio de las actividades profesionales. Con la institución de este patronazgo, Pío XII, en el año 1955, quiso cristianizar la «Fiesta del Trabajo» (creación socialista internacional del siglo XIX), con la intención de que todos reconozcan la dignidad del trabajo y que este inspire la vida social y las leyes, fundadas en la repartición equitativa de derechos y deberes.

San Jeremías, profeta del Antiguo Testamento

Vivió en el siglo VI a.C., en tiempos de Joaquín y Sedecías, reyes de Judá. Es uno de los cuatro grandes profetas hebreos de la Biblia, conocido por su libro homónimo y por el libro de las Lamentaciones. Su nombre significa “Dios me eleva”. Nació en una familia sacerdotal y ejerció el ministerio profético durante el trágico período anterior a la toma de Jerusalén por Nabucodonosor y la primera deportación a Babilonia.

Su principal problema fue que la gran mayoría de la gente no quiso hacerle caso. Anunciador de una nueva alianza, es figura de Cristo por su vida de abnegación al servicio de la palabra de Dios, siendo incomprendido y perseguido: “Señor, me sedujiste, y me dejé seducir (…). He sido el hazmerreír de todos, todo el día se burlan de mí. Siempre que hablo, tengo que gritar y anunciar: ¡violencia, destrucción!” (Jr 20:7-8). Solo después de su muerte fue reconocida la santidad de este profeta, cuando sus profecías se cumplieron.

San Ricardo Pampuri, religioso

Nació en el año 1897 cerca de Pavía con el nombre de pila Erminio Filippo, siendo el décimo de once hermanos. Quedó huérfano a muy temprana edad, siendo acogido en casa de sus tíos maternos, donde recibió una buena educación. Consciente de su vocación religiosa, una salud demasiado débil le impidió ingresar en el convento, por lo que decidió estudiar medicina en la universidad de Pavía y en el hospital de Milán. Cuando aún no había terminado los estudios, estalló la Primera Guerra Mundial. Tras el conflicto, retomó los estudios y, una vez obtuvo el título de licenciado, comenzó a ejercer la medicina como médico rural entre los pobres, organizando también retiros para laicos.

En 1927 ingresó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en la ciudad de Brescia, tomando el nombre de Ricardo. Su vida espiritual estaba centrada en la santidad en la vida ordinaria: en el hospital atendía como una auténtica misión de caridad a todos los enfermos, distinguiéndose por su recogimiento y vida interior, siendo modelo para los pacientes y para sus hermanos de comunidad. Murió de una bronconeumonía un primero de mayo de 1930 en Milán. Fue canonizado en el año 1989.