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30 de abril 2025 san Pío V, san José Benito Cottolengo y santos Mariano y Jacobo

Hoy, día 30 de abril, celebramos la festividad de: san Pío V, papa; san José Benito Cottolengo, presbítero; y los santos Mariano y Jacobo, mártires.

San Pío V, papa

Antonio Michele Ghislieri nació en el ducado de Milán en 1504. De joven ingresó en la Orden de los Predicadores. Dominico del grupo reformador, fue llamado por el papa para ser comisario general de la Inquisición romana. Fue elegido el papa número 225 de la Iglesia católica, en el año 1566, con el nombre de Pío V.

Es el gran hombre de las reformas del Concilio de Trento. Durante los seis años de su pontificado, aplicó con gran dedicación las decisiones del concilio; promulgó el Catecismo Romano, así como el breviario y el misal, formando una comisión para la revisión de la Vulgata. Ante las nuevas situaciones pastorales, creó dos congregaciones que serían la base de la posterior “De Propaganda Fide”. Proclamó a santo Tomás de Aquino patrón y doctor de la Iglesia, proponiendo la introducción de la Summa Theologica en la formación del clero.

Convocó la Santa Liga, la coalición militar para contrarrestar el avance de los turcos por Europa. Al enterarse del triunfo en Lepanto, mandó tocar todas las campanas de la ciudad y promovió la devoción al rosario. También trabajó a favor de los pobres y necesitados, creando estructuras de asistencia y ayuda como el Monte de Piedad y los hospitales de San Pedro y del Espíritu Santo. Se durmió en el Señor el primero de mayo de 1572. Su canonización data de 1712.

San José Benito Cottolengo, presbítero

Nació en 1786 en Bra, en el Piamonte, en el seno de una familia burguesa acomodada. A los dieciocho años ingresó en el seminario, fue ordenado presbítero y, tiempo después, elegido canónigo de la iglesia del Corpus Domini de Turín.

Después de un tiempo dedicado al estudio y la predicación, el encuentro con una madre embarazada y enferma, a quien no aceptaban en ningún hospital, lo llevó a abrir en Valdocco, Turín, el conjunto de instituciones de caridad “Pequeña Casa de la Divina Providencia”, a la que siguieron otras obras similares que llevarían su nombre. Siempre estuvo profundamente fundamentado en una gran confianza en la divina Providencia: “el banco de la Providencia no conoce la bancarrota”. Fundó la congregación de Hermanos de San Vicente, actualmente Hermanos de José Benito Cottolengo. Se durmió en la paz de Cristo el 30 de abril del año 1842: sus últimas palabras fueron las del salmo 122: “qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor”. Es considerado el apóstol de la caridad del siglo XIX. Fue canonizado en 1934.

San Mariano y san Jacobo, mártires

Mariano era lector y Jacobo diácono en una comunidad de la región de Numidia, en el norte de África del siglo III. Fueron detenidos y llevados a Lambesa, en la actual Argelia, donde fueron interrogados. Al no renunciar a la fe, los encarcelaron hasta que fueron llevados, junto con muchos otros cristianos, al lecho seco de un río cuya orilla formaba una especie de circo natural donde podían reunirse muchos espectadores. Allí fueron decapitados en el año 259, en tiempos del emperador Valeriano. El acta de su pasión se considera auténtica y fue escrita por un cristiano que había compartido prisión con ellos.