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23 de abril 2025 san Jorge y san Adalberto de Praga

Hoy, día 23 de abril, celebramos la festividad de: san Jorge, mártir; y la de san Adalberto, obispo y mártir.

San Jorge, mártir y patrón secundario de Cataluña

Este militar romano murió mártir al negarse a abjurar de su fe, decapitado durante la persecución de Diocleciano a comienzos del siglo IV. En el lugar de su sepulcro en Lida (actualmente Lod, Israel), se erigió una basílica que se convirtió en un centro de veneración muy popular para los peregrinos y cruzados de Tierra Santa, hasta que Saladino mandó arrasar la iglesia. Son numerosos, ya desde el siglo IV, los testimonios del culto extraordinario con que fue honrado el «gran mártir».

Los cruzados influyeron mucho en transformar la figura de san Jorge en un caballero guerrero y extendieron su popularidad por todo Occidente. En los Países Catalanes, el culto a san Jorge entró con la liturgia romana desde los siglos X y XI. El abad Oliba erigió un altar a san Jorge en el monasterio de Ripoll. Los reyes de Aragón fomentaron su popularidad y las Cortes reunidas en Barcelona en 1456 lo declararon patrón de Cataluña. En nuestra tierra, los elementos centrales de la celebración popular son la rosa y el libro, el amor y la cultura.

Existen innumerables leyendas fantasiosas sobre la figura de nuestro santo. Tal vez la más relevante sea la recogida en la leyenda áurea del dominico Jacobo de Vorágine a finales del siglo XIII. Cuenta que cerca de la ciudad africana de Silene había un gran estanque donde vivía un terrible dragón. Para calmarlo, los vecinos le ofrecían diariamente dos ovejas, y cuando escaseaban, ofrecían una oveja con un joven elegido al azar. Un día le tocó la suerte a la única hija del rey. Mientras la joven se dirigía hacia el estanque, casualmente pasó por allí nuestro caballero, que se compadeció de ella. Entonces, montando su caballo y haciendo la señal de la cruz, arremetió contra el dragón con su lanza y lo mató. Antes de marcharse, instruyó al rey sobre los cuatro preceptos: que cuidara de las iglesias de Dios, que honrara a los sacerdotes, que escuchara con atención el oficio divino y que siempre tuviera memoria de los pobres. Este episodio se convertiría en el símbolo de la fe que triunfa sobre el mal; el mal nunca tendrá la última palabra.

San Adalberto de Praga, obispo y mártir

Nació hacia el año 956 en Bohemia, en la actual República Checa. Bautizado con el nombre de Wojtisch, al confirmarse tomó el de Adalberto por estima a su preceptor y obispo: san Adalberto de Magdeburgo. Recibió una buena educación cristiana y con los años fue nombrado obispo de Praga, el segundo que hubo en la ciudad. Se dedicó con ardor a la evangelización de los paganos de la región, pero, al ver el poco éxito, renunció al episcopado, marchando a Roma para solicitar al papa que lo relevase del cargo, viviendo discretamente durante cuatro años en el monasterio benedictino de San Bonifacio. Posteriormente, regresó a Bohemia con otros monjes, fundando el monasterio de Bienov en Praga, pero su actividad reformadora no fue bien recibida y tuvo que marcharse por segunda vez. Luego fue a Hungría, y también renunció al considerar inútil su tarea. Finalmente, fue llamado por el rey polaco para que ayudara a la cristianización de su país, pero al pasar por Prusia, cerca de la ciudad de Gdansk, unos idólatras lo martirizaron un 23 de abril del año 997. Fue canonizado dos años después y es patrón de Bohemia, Polonia, Hungría y Prusia.