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17 de abril 2025 Jueves Santo, san Roberto de Molesmes y santa Catalina Tekakwitha

Hoy, Jueves Santo, es el inicio del Triduo Pascual de la muerte, sepultura y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, y día en que confió a sus discípulos, junto con el mandamiento del amor, el don de su Cuerpo y de su Sangre.

También celebramos la festividad de: san Roberto de Molesmes, abad; y de santa Catalina Tekakwitha, laica.

San Roberto de Molesmes, abad

Nacido en la región francesa de Champaña en el año 1028. Tras un tiempo de experiencia monástica benedictina, y con el deseo de vivir más profundamente su vocación, fundó la comunidad de Molesmes, en el centro de Francia. Con el paso del tiempo, los monjes se relajaron, y ante la imposibilidad de restaurar la disciplina, se marchó junto con sus compañeros san Alberico y san Esteban Harding para iniciar una nueva experiencia en Císter. Este monasterio sería el origen de la orden del Císter, fundamentada en la búsqueda de mayor pobreza, simplicidad, trabajo manual y soledad. Al final de su vida, sin embargo, y tal vez por razones de salud, regresó a Molesmes, donde murió el 17 de abril del año 1111. Fue canonizado en 1220.

Santa Catalina Tekakwitha, laica

Es la primera indígena norteamericana elevada a los altares. Nació en 1656 en un pequeño poblado del estado de Nueva York, en el seno de la tribu de los mohawks de la confederación iroquesa. A los cuatro años sobrevivió a una epidemia de viruela que la dejó muy débil de salud, huérfana y rechazada por todos debido a los problemas de vista y de piel que la enfermedad le había dejado; por eso a la pequeña Catalina comenzaron a llamarla “Tekakwitha”, que significa “la que busca el camino” o “la que tropieza con todo”. Fue adoptada por su tío y se trasladó al sureste del actual Canadá, donde entró en contacto con unos misioneros jesuitas franceses, y a los diecinueve años se convirtió al cristianismo.

A pesar de la oposición de sus familiares y del resto de los indígenas del poblado, dedicaba largas horas a la oración y se mantuvo virgen. La hostilidad era manifiesta, hasta el punto que un joven la amenazó con un hacha exigiéndole que renunciara a su fe, pero ella contestó: “puedes quitarme la vida, pero no mi fe”. Catalina huyó y, tras cruzar montañas y ríos, y soportar un clima duro, logró llegar a una misión cristiana del sureste de Canadá donde fue acogida. Muy pronto, deseando llevar una vida religiosa, hizo voto de castidad consagrada a Dios como laica. Se destacó por su profunda vivencia religiosa y por las sentidas oraciones que realizaba, a menudo con la ayuda del rosario, retirada en medio del bosque. Por esto, junto con san Francisco de Asís, es considerada patrona del medio ambiente y de la ecología. Murió un 17 de abril de 1680 a los 24 años susurrando: “Jesús, te amo”. La canonización del “lirio de los mohawks” tuvo lugar en 2012.

Última actualització: 17 abril 2025