Hoy, 14 de marzo, celebramos la festividad de Santa Matilde, emperatriz.
Matilde Ringelheim, emperatriz de Germania, fue educada por su abuela, la abadesa de Erfurt. Se casó muy joven en el año 909 con el duque de Sajonia, Enrique I, que finalmente se convertiría en rey. Tras la muerte de su marido, en 936, su hijo Otón I accedió al trono del Sacro Imperio Romano Germánico y fue proclamado emperador. Pensando Otón que Matilde se había alineado con su hermano Enrique, quien se había rebelado contra él, la expulsó del palacio y ella se retiró a un convento. Después de la reconciliación de los dos hermanos, fue readmitida en la corte.
Ella consagró su vida a realizar obras de caridad, dedicando sus bienes a ayudar a los pobres y a la fundación de cinco monasterios, entre los que destaca el de Quedlinburg, donde se encontraba la tumba de su marido. Cuando Otón fue a Roma, la dejó como regente. Finalmente, murió rodeada de sus hijos y nietos el 14 de marzo del año 968. Su canonización es antigua.