Scroll Top

3 de marzo 2025, Santa Cunegunda y San Medir

Hoy, 3 de marzo, celebramos la festividad de: santa Cunegunda, religiosa; y la de san Medir, mártir.

Santa Cunegunda de Luxemburgo, religiosa Nacida en el año 975, con el consentimiento de su esposo, el emperador Enrique II del Sacro Imperio Romano Germánico, conservó la virginidad prometida antes de su matrimonio y favoreció a las iglesias. Fue muy activa en política, asesorando a su marido y participando en los consejos del Imperio. Tras la muerte de Enrique II, ejerció como regente junto con su hermano hasta la elección de su sucesor. Se retiró como simple monja en la abadía benedictina de Kaufungen, que ella misma había fundado. Falleció en el año 1033. Fue canonizada por Inocencio III en el año 1200. En la bula de canonización se menciona, entre otros milagros, que una vez fue acusada de conducta escandalosa y se sometió al juicio divino caminando sobre hierros candentes sin sufrir daño alguno, para gran alegría de su esposo.

San Medir, mártir Santo de gran tradición en Barcelona y el Vallés. Según la leyenda popular, Medir era un campesino que vivía en la vertiente vallesana de la sierra de Collserola, cerca del camino real entre Barcelona y Sant Cugat. Durante la persecución decretada por el emperador Diocleciano contra los cristianos, muchos de ellos huyeron a lugares más seguros. Uno de los que se escondió para salvar su vida fue el obispo de Barcelona, san Severo, quien abandonó la ciudad para dirigirse a Sant Cugat. En su camino encontró a Medir, que trabajaba en su huerto sembrando habas. El obispo se dio a conocer y, antes de reanudar su camino, realizó un milagro: hizo florecer y madurar las habas que Medir acababa de plantar. Poco después aparecieron los perseguidores del obispo y preguntaron a Medir si lo había visto pasar. Él, sin querer delatarlo pero sin mentir, respondió que había pasado cuando él sembraba las habas que ahora estaba cosechando. Los perseguidores tomaron su respuesta como una burla descarada y, como castigo, lo ejecutaron. La ermita que lleva su nombre se levanta sobre el lugar donde supuestamente vivía el santo. Según los estudiosos, esta leyenda de san Medir es probablemente una popularización, apropiación y desdoblamiento de Emeterio, quien, junto con Celedonio, fueron en realidad dos legionarios romanos que fueron juzgados, encarcelados y finalmente ejecutados por declararse cristianos en Calahorra, La Rioja, durante una de las persecuciones romanas. Prudencio canta sobre ellos a finales del siglo IV: «El iracundo tirano amenazaba con la espada la libre creencia de aquellos que se mantenían firmes e íntegros en el amor de Cristo, y los atormentaba con látigos, hoces y ganchos de hierro. La prisión oprime con duras cadenas sus cuellos encadenados, el verdugo aterra por toda la plaza, la acusación corre como si fuera verdad, la voz verídica es condenada. La virtud herida golpeó tristemente el suelo con la espada y, arrojada sobre las tristes piras, absorbió las llamas con su aliento. A los santos les parecía tan dulce ser quemados como ser atravesados por el hierro». La veneración de estos mártires se extiende por toda Cataluña. Llevan su nombre poblaciones como Sant Celoni en el Vallés Oriental, Sant Medir en el Gironés, etc. También son patrones de Cardona (donde se les conoce como Ermenter y Celdoni). Sus nombres adoptan diversas formas: Emeterio, Ermenter, Medir; Celedonio, Celdoni, Celoni.