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2 de marzo 2025, San Rosendo y de San Aubín

Hoy, 2 de marzo, celebramos la festividad de Santa Inés de Praga, religiosa; del beato Carlos el Bueno de Flandes; y de San Lucio, rey.

Santa Inés de Praga o de Bohemia, religiosa Nació en 1211 en Praga, hija del rey de Bohemia y emparentada con las principales familias reales europeas. Cuando tenía solo tres años, fue encomendada junto con su hermana mayor a la duquesa Santa Eduvigis, quien las acogió en el monasterio de monjas cistercienses de Breslavia. A los seis años regresó a Bohemia y vivió con las monjas premonstratenses de Doksany. Cuando tenía solo nueve años, fue prometida en matrimonio al príncipe Enrique VII de Alemania, hijo del emperador Federico II, y enviada a la corte del duque de Austria, donde vivió cinco años. A los 19 años, el emperador Federico II le envió un embajador para llevarla a Alemania con el fin de casarla con el príncipe Enrique. Tras rechazar la propuesta matrimonial con la ayuda del papa, y al conocer Enrique los deseos de Inés de convertirse en monja, la liberó de su compromiso. Rechazando otros pretendientes, Inés conoció las nuevas formas de vida religiosa iniciadas por San Francisco y Santa Clara de Asís y fundó, junto con otras jóvenes nobles, un hospital y un monasterio de clarisas junto a un convento franciscano, para seguir el camino de Santa Clara. Inés vivió en su monasterio con espíritu de pobreza y una espiritualidad alimentada por la oración, centrada en la Pasión y Muerte de Jesucristo. Se conservan cuatro cartas de Inés. Finalmente, falleció el 2 de marzo del año 1282. Fue canonizada en 1989 por San Juan Pablo II, quien escribió sobre ella: «Inés utilizó los bienes pasajeros de tal manera que pudo adherirse a los eternos: saciaba el hambre de los pobres, curaba a los enfermos, asistía a los ancianos, animaba a los abatidos y, de este modo, se convirtió en portadora de paz, reconciliación, consuelo y una nueva esperanza.»

Beato Carlos el Bueno de Flandes Carlos el Bueno, conde de Flandes, nacido alrededor del año 1083, fue recordado como un gobernante eficaz y justo, preocupado por los pobres, especialmente durante los períodos de hambruna, impidiendo que el grano fuera acaparado y vendido a precios excesivos. Del mismo modo, prohibió la fabricación de cerveza para que todo el grano se destinara a la producción de pan. Diariamente alimentaba a más de cien pobres en su castillo de Brujas. De profundos sentimientos religiosos, acudía con frecuencia a una iglesia cercana para orar. Un día, fue advertido de que conspiradores de un clan rival querían matarlo, a lo que respondió: «Vivimos siempre en medio del peligro, pero estamos en manos de Dios; si esta es su voluntad, no hay causa más noble que la verdad y la justicia por las cuales dar la vida.» Murió asesinado mientras rezaba en una iglesia de Brujas en el año 1127. Su beatificación fue confirmada por el papa León XIII en 1884.

San Lucio, rey de Britania (Inglaterra) Este rey del siglo II fue el primer soberano que se convirtió al cristianismo. La leyenda cuenta que su conversión fue consecuencia del milagro de la «legión fulminante»: una legión romana compuesta por cristianos que, a punto de morir de sed, atrajo una lluvia providencial, mientras que al mismo tiempo una tormenta de granizo y rayos cayó sobre sus enemigos, derrotándolos. No existen pruebas ni testimonios contemporáneos de la existencia de un rey con este nombre (la primera referencia escrita data del siglo VI). A pesar de su dudosa historicidad, la memoria del primer rey cristiano de Inglaterra ha gozado de gran difusión.