Hoy, día 14 de noviembre, celebramos la festividad de: san Lorenzo, abad y obispo; de san Rufo de Aviñón, obispo; y la de san José Pignatelli, religioso.
Lorenzo fue abad de Glendalough y arzobispo de Dublín. Legado del papa en Irlanda, reformó la Iglesia de su país. La muerte le encontró cuando cumplía una misión de paz ante el rey de Inglaterra en 1180.
San Rufo es considerado el primer obispo de Aviñón en la Provenza, en el siglo IV. De él se conserva un gran recuerdo. Siete siglos después, se erigió en la ciudad con el nombre de San Rufo de Aviñón, un monasterio de canónigos agustinianos, que tuvo una notable influencia.
José Pignatelli nació en Zaragoza en 1737, hijo de familia noble aragonesa. Estudiante de humanidades en el colegio jesuita de Zaragoza, en 1753, ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús en Tarragona. En 1766 los jesuitas fueron acusados, de haber provocado el levantamiento popular en Zaragoza, como excusa para decretar en virtud de la Pragmática Sanción del 4 de abril de 1767, la expulsión de todos los jesuitas de la ciudad y poco después de España. Después de varias vicisitudes, Pignatelli, con su hermano Nicolás, se marcharon a Bolonia, donde vivieron retirados, dedicados a la oración, el estudio, la ayuda a sus hermanos de orden y la preparación para que la orden sea restaurantes. Murió el 15 de noviembre de 1811 en Roma. Después de Ignacio de Loyola, Pignatelli, ha sido el jesuita más importante en la historia de la Compañía de Jesús. Fue canonizado en 1954.