Hoy, día 11 de septiembre, celebramos la festividad de: beato Bonaventura Grande, religioso; de santa Eugenia, mártir; y la de los santos Protus y Jacinto, hermanos mártires.
Miquel Baptista Grande, nació en Riudoms, Tarragona en 1620, en el seno de una familia pobre. Conocido como beato Bonaventura Grande, una vez enviudado, ingresó en la orden franciscana del convento de Escornalbou y profesó como fraile lego en 1641. En Cataluña vivió en los conventos de Escornalbou, Móra d’Ebre, Figueres y Terrassa. En 1658 fue enviado a Roma donde fundó el Santo Retiro, cuatro conventos entre los que se encuentra el del Santo Bonaventura. Trabajó en la creación de una provincia autónoma de los frailes menores reformados y fue consejero de 4 papas. Muy venerado por su santidad por los papas y el pueblo, murió en Roma en 1684. Fue beatificado por Pío X y sus restos se conservan en Riudoms desde que fueron llevados desde Roma en 1972.
Eugenia es una mártir de los primeros tiempos de la Iglesia. Su culto estuvo muy extendido desde los primeros siglos. Según la tradición, Eugenia era hija de Felipe, prefecto de Alejandría, y que más tarde fue obispo de esta ciudad y sufrió martirio.
Los dos hermanos Protus y Jacinto, esclavos de santa Eugenia y convertidos a la fe en Cristo por sí misma, fueron bautizados juntos por el obispo Hilari. Dedicados al estudio de las Sagradas Escrituras en un monasterio de Egipto, pasado un tiempo, se marcharon los tres hacia Roma. Llegados a esta ciudad bajo el mandato del emperador Julián, fueron detenidos y cruelmente flagelados hasta su muerte.