Hoy, día 10 de septiembre, celebramos la festividad de: san Nicolás de Tolentino, religioso; y la de los beatos Jacint Orfenell, Domènec Castellet, Lluís Eixarc y compañeros, presbíteros y mártires.
Nicolás, nació en 1245 en Sant’Angelo in Pontano. Accedió al orden de los agustinianos en 1256, es ordenado sacerdote en 1269 y pasó a dedicar su vida al apostolado centrando en su tiempo en la meditación y la oración, así como en la atención de los enfermos y necesidades, en una vida de disciplina rigurosa de abstinencia y mortificación que le acercó a otros místicos cristianos. Murió el 10 de septiembre de 1305 en Tolentino, Italia, y fue declarado santo en 1446. Su culto es muy extendido en Francia, Flandes y en el mundo hispánico gracias a la difusión que hizo la orden de San Agustín.
El 10 de septiembre de 1622 sufrieron martirio en Japón un grupo de 52 cristianos, autóctonos y extranjeros, religiosos y laicos; y hoy también es memoria de otros mártires de esa época. Años después de la evangelización de san Francisco Javier, el cristianismo en Japón ésta va a merced de las vicisitudes políticas y económicas, con períodos de persecuciones y martirios crueles. Los tres mártires que destacamos eran frailes dominicos predicadores y misioneros en Filipinas y Japón, donde murieron quemados vivos entre 1622 y 1628. Jacint Orfenell, originario del Maestrazgo, dejó numerosos escritos sobre la historia cristiana en Japón. Domènec Castellet era hijo de Esparraguera y Lluís Eixarc de Barcelona.