Creyendo que era cierta la inminente venida del Señor, había quien había dejado de trabajar, de ahí que diga al comienzo de la lectura de hoy: «hermanos, os mandamos: no tratéis con los hermanos que llevan una vida ociosa y se apartan de las tradiciones que recibieron de nosotros.». Y entonces desea: «Que el Señor de la paz os dé la paz siempre y en todo lugar». ¿En qué consiste esta paz?
Señor, que mi vida transparente vuestra paz.