Hoy, día 3 de agosto, celebramos la festividad de: santa Lidia; de la Virgen del Milagro y la memoria de san Nicodemo.
Según narran los Hechos de los Apóstoles, al llegar a Filipos, la primera ciudad europea en la que predicó Pablo, la primera persona que bautizó en tierras europeas fue Lidia. Era una vendedora de púrpura y en su casa se alojó Pablo.
Según la tradición el 3 de agosto de 1458, ocurrió el hecho milagroso de la aparición de la Virgen María en forma de Niña a los niños pastores de Riner (en el Solsonès) pidiendo la conversión a la parte de Dios. Allí, bajo la advocación de Nuestra Señora del Milagro, se construyó un santuario donde se guarda un magnífico retablo barroco que ha perdurado hasta nuestros días. Una pequeña comunidad benedictina dependiendo de Montserrat cuida al Santuario.
Nicodemo, según el evangelio de Juan, es un judío protagonista de un profundo diálogo con Jesucristo. Fue un rico fariseo maestro en Israel y miembro del Sanedrín. Éste representa al sabio judío, versado en la Ley, que reconoce en Jesús al Mesías y se hace su discípulo.