La experiencia que hace Jeremías de su acción profética es que se siente aislado de los demás: «Ni he prestado ni me han prestado, en cambio, todos me maldicen». Y más adelante todavía dice: «Los mensajes de amenaza me han hecho vivir solo…» Hay un dicho muy conocida respecto: quien dice las verdades, pierde las amistades. ¿Has experimentado que, por decir, por proclamar las verdades de Dios, que te hayan hecho el vacío?
Di en tu corazón con el salmista: «oh Dios, eres mi alcázar, Dios mío, misericordia mía».