La fiesta de hoy, lo que más quiere subrayar es la capacidad de acogida. El texto es bien conocido: Abraham, acogiendo a unos hombres, acoge a Dios mismo. Son muchos los detalles que nos aporta la lectura, pero lo importante es la actitud: no hay prisas, y la acogida es una fiesta; se lava los pies de los huéspedes, se come con abundancia… y el que acoge también es enriquecido por el don de la vida: «Cuando vuelva a verte, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo». Hoy, ¿cuáles deberían ser los elementos esenciales para poder decir: es una acogida cristiana?
Señor, que me has acogido en tu seno, que yo siempre sepa imitarte.