En tiempos de Acaz llegan noticias a la corte de un ataque a Jerusalén, la ciudad santa. El relato de hoy nos dice que: «se agitó su corazón y el corazón del pueblo». El profeta Isaías es enviado al rey para tranquilizarlo, pero el mensaje termina con un aviso: «Si no creéis, no subsistiréis». Cuando recibes una mala noticia sobre cuestiones de la Iglesia o de la fe, ¿tienes presente este aviso del profeta?
Señor, que tenga presente que eres el Señor de la historia, de la mía y la de todos.