Sólo la ternura de Dios es capaz de responder a la infidelidad del pueblo creyente con las palabras que nos transmite el profeta Oseas: «Yo la convenceré y la conduciré al desierto y le hablaré amorosamente…». Al oído Dios te habla de ese modo cuando eres consciente de tu infidelidad. ¿No lo oyes? Quizás todavía tienes demasiado ruido de ocupaciones en tu corazón.
Señor, que oiga.