Bajo la promesa del pueblo que decía: «Cumpliremos todas las palabras que ha dicho el Señor», Moisés inicia todo un ritual que quiere significar el compromiso de Dios con su pueblo y el compromiso del pueblo con Dios. El texto de hoy termina así: «Esta es la sangre de la afianza que el Señor ha concertado con vosotros, de acuerdo con todas estas palabras». De hecho, estas últimas palabras son muy parecidas a las que los sacerdotes pronuncian a la hora de la consagración en las celebraciones eucarísticas. Este compromiso de Dios con nosotros, pide una respuesta por parte de todos. ¿Cuál es tu respuesta?
Señor, ayúdame a ser coherente con mi compromiso hacia ti.