La carta de Santiago nos avisa al principio: «Atención, ahora, los ricos», y termina «habéis vivido con lujo sobre la tierra y os habéis dado a la gran vida, habéis cebado vuestros corazones para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, el cual no os ofrecía resistencia». Si miramos las relaciones de los del primer mundo hacia el tercer y cuarto mundo veremos cómo las palabras de Santiago son muy actuales. ¿Puedes hacer algo para aliviar tanto sufrimiento?
Señor, que mi vida se vista de compasión y de solidaridad.