Pablo, una vez llegado a Corinto, se instala en casa de Aquila y Priscila, y con ellos trabaja en la fabricación de tiendas y: «Todos los sábados discutía en la sinagoga». Con el relato de hoy vemos cómo Pablo tiene el criterio de ganarse la vida trabajando sin dejar de predicar. ¿Consideras que ésta es hoy la forma ideal de vida de quienes han sido ordenados? ¿Tú, a qué estás dispuesto para ayudar a hacer tu criterio?
Señor, acuérdate de quienes lo han dejado todo para trabajar por tu causa.