Pablo en Atenas adapta, tanto como puede, sin traicionar el mensaje, en la mentalidad de los griegos. De ahí que al principio de su discurso en el Areópago dice: «… eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo». Cuando hablas de temas de la fe, ¿te esfuerzas para adaptarte a la mentalidad de tu prójimo?
Señor, que sea siempre un instrumento fiel de tu palabra.