Pablo y Silas son maltratados y encarcelados, pero lejos de desanimarse, dentro mismo de la prisión «Pablo y Silas oraban cantando himnos a Dios. Los otros presos los escuchaban». Un evento muy fuerte, el libro de los Hechos de los Apóstoles habla de que «vino un terremoto tan violento» que abrió las puertas de la cárcel y el carcelero pensando que habían escapado se quería quitar la vida. La intervención de Pablo le abre las puertas de la práctica de la fe cuando le dice: «Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia». A lo largo de los Hechos de los Apóstoles son constantes los testimonios de conversión, gracias a la intervención decidida de Pablo y de sus acompañantes. Hoy en día, ¿qué debería tener nuestro testimonio para tener una eficacia similar a la predicación de Pablo?
Señor, que mi cara transmita serenidad; mi gesto, alegría; mi palabra convencimiento; mi cuerpo, humildad; mi vida, felicidad.