El relato de los Hechos de los Apóstoles hoy nos dice: «Aquel día, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron…», pero esta dispersión, nos hace ver el relato, ayudó a difundir la Palabra, y muchos de la provincia de Samaria (recuerda que los evangelios nos dicen que no se relacionaban con los de Jerusalén) creyeron. He aquí un hecho malo (la persecución) que ayuda a un hecho bueno (que todos, hasta los enemigos, conozcan la Buena Nueva). ¿Lo has constatado alguna vez esto en tu vida?
Señor, que en los momentos de oscuridad sepa ver la luz y vivir con esperanza.