La carta de Santiago nos dice hoy: «Cuando alguien se vea tentado, que no diga: «Es Dios quien me tienta»; pues Dios no es tentado por el mal y él no tienta a nadie».
Señor, te pido fortaleza en los momentos de prueba, consuelo en el dolor, y capacidad de agradecimiento cuando lo haya superado.