Hoy es necesario tener presente lo que leíamos ayer. David, ante la promesa de Dios, sólo sabe orar agradeciendo el don de Dios. Hacia el final de la oración dice David: «Sea firme ante ti la casa de tu siervo David». ¿Tú qué te habrías atrevido a pedir a tu Dios? ¿Tu oración cómo incluye el concepto de dinastía que David tenía tan claro? ¿Piensas en tu familia? ¿Qué te parece si incluyes a la Iglesia?
Señor, acuérdate de todos los que somos sucesores de David.