Samuel comunica a Saúl que ha quedado descartado como rey por no haber obedecido profundamente al Señor. Samuel recuerda que «la obediencia vale más que el sacrificio, y la docilidad, más que la grasa de carneros». Es que seguir Dios pide la respuesta hasta las entrañas, nunca se contenta con gestos que pueden estar bien, pero que no valen si no te implicas hasta el fondo del alma.
Dame Señor un corazón para escucharte y la voluntad de obedecerte.